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Escritores Argentinos

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Este blog es un espacio cultural para compartir entre los estudiantes de Letras: fotos, videos, biografías, noticias, enlaces a páginas, poemas, cuentos, fragmentos de novelas, publicaciones de los propios estudiantes, comentarios, debates, encuestas y todo aquello que esté relacionado a la literatura argentina.
No es un espacio para difundir monografías y/ o trabajos de la facultad. Tampoco para difundir respuestas a consignas de trabajos prácticos y/o parciales.
Por último, no es un lugar donde se puedan resolver dudas concernientes a la elaboración de trabajos prácticos, monografías y/ o parciales. Para ello, pueden acudir a los horarios de consulta de la Cátedra.
Sí, publicaremos información sobre fechas de parciales y de trabajos prácticos en la medida que los tengamos.
Sí pretendemos, y les pedimos, que se expresen con total libertad (aunque en el marco del respeto) sobre los temas que les sugerimos y que propongan otros nuevos, que usen este espacio para difundir sus publicaciones (revistas, cuentos, novelas, organizaciones sociales a las que pertenezcan, etc).
Que sea un instrumento para revalorizar nuestra Escuela de Letras, la que construimos entre todos: profes, alumnos y egresados. Para oir nuestras propias voces (las que a veces quedan soterradas por el marco de la escasez del tiempo), para conocer nuestras ideologías (y si eso da lugar a la discusión, en hora buena), para acceder a la literatura desde "otros ángulos", fuera del espacio académico "evaluable", pero haciendo uso de todas las herramientas que ese espacio académico nos ofrece.
Esperamos que lo disfruten y lo consideren "su espacio".

Atte.

Ayudantes alumnos de la Cátedra Literatura Argentina II.

Literatura Argentina 2

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viernes, 4 de junio de 2010

El teatro Colón: Por Anastasio El Pollo


"Como a eso de la oración
Aura Cuatro o cinco noches
Vide una fila de Coches
contra el tiatro del Colón.

La gente en el corredor
como hacienda amontonada
pujaba desesperada
por llegar al mostrador

Allí a juerza de sudar
Hice, amigaso, de modo
y a punta de hombro y de codo
que al fin me pude arrimar


Cuando compré mi dentrada
Y di guelta... ¡Cristo mío!
- Y si es chico ese corral
¿a qué encierran tanta oveja? (...)

Llegué a un alto finalmente,
ande va la paisanada
que era la última camada
en la estiba de la gente (...)
¡Nunca lo hubiera llamado!..
¡Viera al diablo! Uñas de gato,
flacón, un sable largote (...)
Y una barba de chivato.

Del Campo, Estanilao. El Fausto.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Chiste Sojero

Ley de Medios: Habla Ricardo Forster

Por Ricardo Forster

Los medios, la ley, la historia, sus abusos y lo impúdico

10-09-2009 / 

Ricardo Foster
Si hiciéramos el esfuerzo imaginario de instalarnos en la década de los noventa; si olvidásemos por un instante nuestra actualidad y las vicisitudes históricas que nos han conmovido en estos últimos años; si pudiéramos ejercer el difícil arte de la memoria y de un modo retrospectivo intentar recuperar aquel otro tiempo, seguramente las imágenes que volverían sobre nosotros no dejarían de inquietarnos y sorprendernos, casi como si nos hubiéramos desplazado hacia geografías inverosímiles, hacia comarcas que poco o nada tienen que ver con aquello que hoy nos atraviesa. Y sin embargo todavía no hemos borrado ni superado, lo sepamos o no, las marcas decisivas que sobre nuestros cuerpos y nuestras subjetividades dejaron aquellos años en los que la Argentina y América latina, siguiendo una tendencia mundial, fueron capturados por el discurso y la práctica del neoliberalismo.

¿Acaso hubiéramos sido capaces de imaginar que en el giro del milenio esos mismos países que fueron gobernados por los Menem, los Collor de Melo, los Fujimori, y tantos otros, incluso algún presidente boliviano que hablaba el español con acento gringo, dejarían su lugar a un ex obrero metalúrgico y dirigente del PT en el Brasil, a un descendiente de los pueblos originarios en las tierras del altiplano, a un ex obispo progresista en el Paraguay, a un intelectual de izquierdas en el Ecuador, a un militar –ex golpista devenido en líder democrático popular– identificado con Fidel y el socialismo del siglo XXI en Venezuela; o que seríamos testigos de la candidatura a presidente de un ex dirigente histórico de los Tupamaros en el Uruguay? ¿Alguien, sin ser acusado de delirante, hubiera anticipado, a mediados de los noventa, que el neoliberalismo estaría sentado en el banquillo de los acusados mientras se despliegan en el interior de nuestras sociedades alternativas inverosímiles años atrás? ¿Quién, me pregunto, hubiera sido lo suficientemente audaz para anticipar el extraordinario giro que se produjo en nuestro país a partir del 25 de mayo de 2003?

Seguramente enfrascados como estábamos en la naturalización de los valores del capitalismo especulativo-financiero, aquel por el que tanto hicieron los ideólogos de turno, esos mismos que también hablaban de periodismo independiente y de las empresas a las que les interesaba el país, difícilmente hubiéramos alucinado que en la Argentina del 2009 el fútbol sería nuevamente transmitido por la televisión pública o que, más decisivo y significativo aún, que seríamos testigos del histórico debate parlamentario en torno al proyecto de ley de servicios audiovisuales que inicia el camino de la derogación de esa otra ley escrita por los esbirros de la dictadura y “mejorada” durante el menemato para beneficiar a los grandes grupos mediáticos. De la misma manera, atosigados como estábamos por aquel eslogan que recorrió todas las geografías del país y que caló hondo en el imaginario nacional, “achicar el Estado es agrandar la Nación”, no hubiéramos acertado ni por asomo con el retorno al sistema de reparto, es decir al Estado nacional, de las AFJP, uno de los grandes caballitos de batalla ideológicos del neoliberalismo y piedra de escándalo para todos aquellos que hablan de “confiscación” de los ahorros de los ciudadanos-consumidores asaltados por la “caja” estatal y que nada dijeron ni dicen de la estafa que para esos mismos futuros jubilados significaba el giro especulativo que se les dio a sus ahorros (tampoco hubiéramos anticipado la reestatización de Aerolíneas Argentinas desguazada vergonzosamente por Iberia y Marsans con la complicidad de los gobiernos de turno).

Menos todavía hubiéramos soñado con una Corte Suprema independiente e irreprochable (¿se acuerda, estimado lector, de la Corte del menemismo?) que, en las últimas semanas, ha hecho un pronunciamiento histórico en relación a la despenalización del consumo personal de drogas. Tampoco hubiéramos creído en la derogación de las leyes de la impunidad y la reapertura de los juicios a los genocidas (¿alguien imaginaba a Menéndez, el asesino de La Perla, condenado a cadena perpetua en prisión común? Delirios, fantasías, sueños alocados). Lejos, muy lejos de toda ficción política quedaba la actual composición de Sudamérica, la creación de la Unasur y la construcción de una política independiente del Imperio y, todavía menos pensable, la salida del tutelaje ejercido a destajo por el FMI. En aquellos años gozábamos de las relaciones carnales. ¿Recuerda, acaso, el lector, la calidad institucional de la que gozábamos en aquellos “dorados” noventa? ¿Algo le dice el corralito y la “seriedad” del sistema bancario? ¿Y el 2001?
2. En este sorprendente carrusel argentino nos encontramos con algunas voces que, siendo portadoras de prestigios académicos o plumas emblemáticas de ciertos multimedios, ejercen la acción opuesta a la formulada al comienzo de este artículo. Ellos, instalados en el presente, no logran salir de aquella otra realidad de los años noventa. Permanecen atrapados en las telarañas de un país que, en el giro alucinado de sus escrituras, no ha salido todavía de las fabulosas promesas primermundistas que fascinaban a amplios sectores de la sociedad. Para ellos, lo que ocurre es un absurdo, en el mejor de los casos una impostura, una comedia de matriz falsamente populista que quiere conducirnos hacia el fin de la República o, peor aún de acuerdo con una de las plumas del gran diario argentino, hacia el totalitarismo neonazi o protofascista.

Ningún periodista que se precie desconoce el peso de la utilización de determinados ejemplos históricos a la hora de poner en cuestión el proyecto de ley de servicios audiovisuales. Sabe, porque es el abc de su oficio, que hablar de la inquisición, mencionar a Mussolini y su utilización de la prensa o concluir con el franquismo, como lo acaba de hacer Miguel Wiñazki en un artículo publicado en Clarín, significa homologar aquellos nombres del horror y del autoritarismo más reaccionario con lo que el lector descuidado está leyendo del actual debate que se despliega en el Congreso. La operación es mezquina, indisimulada y brutal; carece incluso de la mínima pudicia para con las víctimas de aquellas formas despiadadas del control ultramontano o del fascismo.

Utiliza los ejemplos históricos para vaciarlos de contenido y como instrumento de chicana impúdica hacia un proyecto que, entre otras cosas, supone derogar la ley vigente de radiodifusión que proviene de la dictadura videlista (cosa que Wiñazki ni siquiera menciona demostrando una curiosa amnesia para los ejemplos que hubiera podido dar sin tener que husmear tan lejos en la historia ni en geografías distantes). El objetivo es claro incluso para el lector ingenuo. Es como si las plumas del Gran Diario Argentino hubieran perdido todo recato, toda capacidad de reflexión autocrítica para ofrecernos un discurso crudo capaz de utilizar todos los recursos sin detenerse a medir las consecuencias de sus afirmaciones ni, mucho menos, asumir cierto autocontrol pudoroso.

Hacia el final de su enjundiosa investigación histórica (le faltó agregar, en su largo recorrido, la magistral reconstrucción que de la prensa manipuladora y amarilla de raíz liberal hiciera Orson Welles en El ciudadano Kane, pero claro, como se trata de la sacrosanta iniciativa privada, de eso es mejor no hablar), Wiñazki concluye su pieza maestra dejando que el lector saque sus propias conclusiones: “La Ley de prensa fascista reducía brutalmente el número de medios privados y aumentaba el de los estatales o los hiperoficialistas (cualquier semejanza con el proyecto del gobierno argentino corre por cuenta de la mente febril del lector que en este caso es quien escribe estas líneas, RF). Las diversas corporaciones, especialmente los sindicatos fascistas tenían medios y espacios periodísticos. Todo lo tutelaba Il Duce […]. En la Argentina el debate sobre la ley ha comenzado y es un hervidero. Habrá que ver si optamos por una legislación fascista o por una de verdad democrática”. ¿Cuál es la ley “de verdad democrática” a la que se refiere Wiñazki? ¿La que perdura desde los años de la dictadura? ¿La que protege la concentración monopólica? ¿No resulta salvaje y reaccionario reducir lo público, e incluso lo estatal, a la matriz fascista o falangista como lo hace el periodista de Clarín? ¿Serán Canadá, Francia, Suecia, España o incluso Estados Unidos países fascistas porque tienen leyes de medios que regulan (palabra que resulta maldita de acuerdo a la descripción que venía haciendo Wiñazki) lo privado y lo público y que prohíben la concentración monopólica y otorgan un lugar importante a la sociedad civil, al Estado y al espacio público? ¿Qué piensa, si es que algo piensa al respecto, de la Argentina neoliberal, esa misma que a lo largo de más de una década naturalizó el negocio privado como si fuera la última panacea de la humanidad convirtiendo al mundo empresarial en el núcleo de lo virtuoso mientras arrojaba lo público y lo estatal al vertedero de lo maléfico y corrupto?

Lo que Wiñazki ningunea es aquello que define el eje de la polémica inaugurada por el proyecto de ley de servicios audiovisuales: o mantener el privilegio de unos pocos, privilegio que les permite no sólo el enriquecimiento y la concentración si no, más grave todavía, ejercer un papel decisivo a la hora de fijar lo que ellos mismos definen como la “opinión pública”, asumiendo el rol de representantes ideológicos de los intereses de las corporaciones pero haciéndonos creer que son voceros del sentido común y de lo que la gente quiere; o deshacernos definitivamente de una rémora maldita de la dictadura para abrir la comunicación y la información a genuinas y plurales prácticas democráticas capaces de incorporar al espacio de los medios otras voces y otros actores.

De eso se trata también la redistribución democrática de los bienes simbólico-culturales. Lo otro, ni siquiera es el fascismo mussoliniano o el falangismo español, es simplemente la forma vernácula de la restauración conservadora. El pudor por las millones de víctimas de esos regímenes reaccionarios nos impide utilizar graciosamente palabras demasiado connotadas y graves como sí lo hacen algunos periodistas que siempre gustan de sacar un as de la manga o, como Wiñazki, ofrecernos un rápido viaje, supuestamente sesudo y erudito, por la historia para en realidad hablarnos machaconamente de un presente infectado de esas antiguas y repudiables prácticas, ahora enquistadas, eso sugiere aunque no lo diga, en el proyecto de ley de medios audiovisuales enviado por un gobierno que aparece como aprendiz de brujo del más craso autoritarismo. ¿Seremos tan ingenuos o ignorantes como para no entender lo que nos quiere dar a entender la pluma de Clarín? Tal vez...
En
http://www.elargentino.com/nota-57415-Los-medios-la-ley-la-historia-sus-abusos-y-lo-impudico.html
 Ricardo Forster (n. 1957) es un filósofo y ensayista argentino, doctor en filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba.
Es investigador y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Distinguished Professor de la Universidad de Maryland. Ha sido profesor invitado de diversas universidades de Estados Unidos, México y España. En 2008 creó, junto a Nicolás Casullo, Horacio Verbitsky y otros, el Espacio Carta Abierta. Condujo el programa de televisión Grandes Pensadores del Siglo XX, emitido por Canal Encuentro. Es miembro del comité de dirección de la revista Pensamiento de los Confines y colaborador habitual de Página/12.

viernes, 30 de abril de 2010

Himno Anarquista

Esta versión del del himo argentino cantaban los anarquistas en su momento de mayor auge, según Suriano, entre los años 1890-1910.
Ver: Suriano, Juan (2008). Anarquistas: Cultura y Política libertarias en Buenos Aires 1890-1910, Buenos Aires, Manantial.


martes, 13 de abril de 2010

La Caricia Perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni

miércoles, 7 de abril de 2010

Los Pichiciegos



Todavía caían las bombas de los ingleses en las Malvinas cuando él agarró la máquina de escribir, henchido de rabia ante el invasor y un gobierno corrupto, y montó en tres días una de las grandes novelas en castellano de los últimos 30 años, Los pichiciegos, que ahora rescata con dignidad la editorial Periférica. Rodolfo Enrique Fogwill es Fogwill. Nació en Buenos Aires hace 69 años y la industria editorial española trató de colocarle en el lugar que se merece a finales de los noventa, pero fue un tiro errado. Puede que esta sea la definitiva. En estos días, junto a Los pichiciegos, llegan sus cuentos completos, compilados por Alfaguara, que lo colocan en la misma colección en la que figuran Fitzgerald, Cortázar, Nabokov, Onetti y Faulkner.

Lúcido, hostil e incontrolable, ese también es Fogwill y así es su literatura. "Escribir es muy fácil, cualquier tarado puede escribir un libro y hacerlo pasar por bueno durante los siguientes diez años", cuenta a este periódico minutos antes de dar la conferencia Narrar en la era de la imagen", en el CaixaForum de Madrid (hoy, en el de Barcelona). Ya sea en público, ya sea en privado, Fogwill cuida lo que dice, aunque parezca que no repare en sus consecuencias: "El lector necesita toda la verdad, pero no toda la verdad de los hechos, sino toda la verdad literaria; es decir, que el autor no le mienta. Yo le engaño, se lo digo y él lo sabe. No hay nada ahí que pueda ser creíble", cuenta sobre Los pichiciegos.
http://www.publico.es/culturas/301692/malvinas/cocaina

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domingo, 4 de abril de 2010

El profesor: La lección del profe por Horacio Sotelo

Dice Freud: La emoción experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor de colegio me conmina a una primera confesión: no sé qué nos embargó más y qué fue más importante para nosotros: si la labor con las ciencias que nos exponían o la preocupación con las personalidades de nuestros profesores. En todo caso, con estos nos unía una corriente subterránea jamás interrumpida, y en muchos de nosotros el camino a la ciencia sólo pudo pasar por las personas de los profesores: muchos quedaron detenidos en este camino y a unos pocos -¿por qué no confesarlo?- se les cerró así para siempre. En Sobre la psicología del colegial (1981). Obras Completas, Ed.Biblioteca Nueva, Madrid.
http://weblogs.clarin.com/educacion/archives/2009/05/_suele_haber_una_cultura.html

 El profesor de Etica les hablaba a los alumnos de sexto año:
-Para redondear el tema del aborto y de sus razones éticas , voy a narrarles una anécdota que leí o me contaron, no recuerdo, pero viene al caso.
Se acomodó los lentes y la corbata. Dos tics docentes tradicionales. Continuó:
-Un profesor dando su cátedra en la Universidad de Medicina, les dice a sus alumnos: quiero un diagnóstico rápido del siguiente caso: Madre prostituta, alcohólica, enferma de tuberculosis y de sífilis, en estado terminal; con seis meses de embarazo. ¿Qué aconsejarían, interrumpirlo o continuarlo?. Uno de los alumnos levantó la mano y contestó: Sin ninguna duda, ante tal cuadro clínico, síquico y físico, debe ser interrumpido el embarazo. El profesor, dirigiéndose a los otros, dijo: Feliciten a su compañero, acaba de matar a Beethoven.

Sotelo, Horacio (2005). Cavernas. Editorial Grafos XXI, Córdoba. Pp 63.
Escritor y colaborador de La Luciérnaga.

viernes, 2 de abril de 2010

El truco de la bailarina en la literatura



La bailarina se puede ver girar de izquierda a derecha (razonamiento lógico), de derecha a izquierda (razonamiento creativo) o en ambos sentidos.
El desafío es buscar ejemplos de relatos literarios que puedan ser leídos con más de un final posible.

jueves, 1 de abril de 2010

Frases de Jauretche

Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida de todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada (...) No habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir. Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota mercante o las usinas.
Asesorarse con los técnicos del Fondo Monetario Internacional es lo mismo que ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero.
En el territorio más rico de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo felíz.
No es posible quedarse a contemplar el ombligo de ayer y no ver el cordón umbilical que aparece a medida que todos los días nace una nueva Argentina a través de los jóvenes. No se lamenten los viejos de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos.
Hasta que un dia el paisano acabe con este infierno, y haciendo suyo el gobierno, con solo esta ley se rija: o es pa' todos la cobija, o es pa' todos el invierno.
Ese es el gran problema argentino: es el de la Inteligencia que no quiere entender que son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico.
(...) Pero se sigue adoctrinando sistemáticamente en la enseñanza de la historia para lo cual los réprobos son los que defendían la soberanía y los próceres los que la traicionaban para fines institucionales.
En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside él en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto a que se sirve.
Pero los propietarios de los bancos privados no son los depositantes, sino un grupo de financieros que controla el capital accionario, recoge los ahorros de los depositantes y lo dirige hacia los fines que interesan a ese grupo financiero.
Mientras los totalitarios reprimen toda información y toda manifestación de la conciencia popular, los cabecillas de la plutocracia impiden, por el manejo organizado de los medios de formación de las ideas, que los pueblos tengan conciencia de sus propios problemas y los resuelvan en función de sus verdaderos intereses.
El que maneja el crédito maneja más la moneda que el que la emite. El que maneja el crédito maneja más el comercio de exportación e importación que el que compra y el que vende. El que maneja el crédito estimula determinadas formas de producción y debilita otras; el que maneja el crédito establece qué es lo que se ha de producir y que es lo que no; determina lo que puede y lo que no puede llegar al mercado con facilidades de venta, y maneja por consecuencia el consumo.
(...) Se confundió civilización con cultura, como en la escuela se sigue confundiendo instrucción con educación. La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quién abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América, trasplantando el árbol y destruyendo al indígena que podía ser un obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa, y no según América.
Porque estos periódicos tan celosos de la censura oficial se autocensuran cuando se trata del avisador; el columnista no debe chocar con la administración. Las doctrinas, los hechos, los hombres, se discriminan en función del aviso; así hay tabúes tácitos y se sabe que no se debe mencionar, que camino no hay que aconsejar, que cosas son inconvenientes.
El ciudadano tiene la ilusión que elige y sólo se limita a escoger entra la reducida lista que los financieros han decretado apta para el consumo popular. El político y su partido lo saben y sabe por consecuencia que antes de someterse a la elección popular ha de tener el visto bueno de los financieros, y este visto bueno se obtiene a cambio de la entrega de los intereses populares. Cuando el día del comicio llega, el pueblo no elige sino dentro de la opción que los financieros le proporcionan.
Esto ocurre aquí y en cualquiera de las llamadas grandes democracias. Mientras en los países totalitarios el pueblo es un esclavo sin voz ni voto, en los "democráticos" es un paralítico con la ilusión de la libertad al que las pandillas financieras usurpan la voluntad hablando de sus mandatos.
Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías. La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana, y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Pero nos oculta la naturaleza de esa libertad, tan restrictiva como la del estado, aunque más hipócrita, porque le libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden.

Beatriz Sarlo: "Los problemas de la educación argentina no se solucionan con la tecnología, pero la formación de los maestros cambiaría con el acceso a internet"


"Suelo desconfiar de esos modelos, tipo aldea Potemkin o cuentos de hadas bienpensantes, esos relatos maravillosos en los que una aldea perdida en la selva se ha puesto a producir abanicos de plumas de ave fénix y los vende por internet, solucionando así un montón de problemas."
Por Cecilia Sagol
Educ.ar presenta una entrevista a Beatriz Sarlo. Docente, investigadora y ensayista, es una de las intelectuales más prestigiosas y populares de la Argentina, autora de una obra prolífica -ocho libros en los últimos años y habituales colaboraciones en revistas de todo tipo- y profunda sobre temas académicos y de interés general.
Sarlo domina varios campos: literatura, política, cine, cultura popular, entre muchos otros. Para esta entrevista se centra en tecnología y educación, ejes a los que vincula con otros procesos culturales y sobre los cuales ofrece una mirada diferente a la de los discursos habituales, que se centra más en las continuidades que en las rupturas.


—Internet tiene muchos detractores, pero algunos intelectuales reconocidos confían en que puede ser un genuino aporte a la democratización de la información ¿Le parece que la introducción de las nuevas tecnologías en la educación puede mejorar en alguna medida la circulación, la universalidad y la calidad del conocimiento?
—No participo de la creencia de que los problemas de la educación argentina se solucionan con más tecnología. Claramente, la cuestión social no mejoraría, y yo creo que la miseria y las carencias materiales de los alumnos son problemas que la escuela enfrenta pero no puede resolver ni hay que pedírselo, ya que cuando más se lo pidamos, cuando más se hunda a los maestros en el asistencialismo, tanto peor será la información y más débiles los contenidos que trasmitan a sus alumnos. Creo, en cambio, que la formación de maestros cambiaría enormemente con el acceso a más y más actualizadas tecnologías, en primer lugar a internet. No estoy segura de que internet sea un instrumento pedagógico en el aula, pero estoy convencida de que puede ser el instrumento de formación docente en un país donde la cultura del maestro se ha deteriorado hasta niveles increíbles, como lo muestran algunas estadísticas de consumo cultural. Estoy convencida también de que internet debe estar en la escuela como debería estar la biblioteca o la sala de mapas. Nadie decía antes que los maestros enseñaban “con la biblioteca” ni “en la biblioteca”. Los maestros enseñaban con lo que sabían y con lo que estaba en los libros. Hoy a esos libros se agrega internet, tanto para los chicos como para los maestros.


—Algunos autores ven en las nuevas tecnologías una gran potencialidad, al menos material, para una democracia más participativa, para dar a conocer organizaciones opositoras o marginales. ¿Es un paso en este sentido o ya se encargará el mundo de domesticar esta tecnología? ¿Es un aporte en esta línea o los cambios pasan por otro lado?
—Depende de los países y de las coyunturas políticas y sociales. Las ONG probablemente no podrían existir sin las nuevas tecnologías, pero los sujetos de los que se ocupan las ONG quizás no podrían cambiar su situación simplemente a través de su acceso a nuevas tecnologías. Necesitan condiciones materiales que hagan posible la asistencia técnica. A veces suelo desconfiar de esos modelos, tipo aldea Potemkin o cuentos de hadas bienpensantes, esos relatos maravillosos en los que una aldea perdida en la selva se ha puesto a producir abanicos de plumas de ave fénix y los vende por internet, solucionando así un montón de problemas.
En cuanto a la política: me parece claro que las redes clientelísticas que son una peste en la mayor parte de América Latina no se destruyen a golpes de mouse. Ahora bien, las dirigencias políticas alternativas es obvio que necesitan el acceso más amplio a todo tipo de materiales y ese acceso es posible por la existencia de internet. Y lo mismo sucede con su conexión organizativa y comunicacional.


—Si bien hay una amplia bibliografía al respecto, internet es difícil de definir: ¿es un medio?, ¿es un género? ¿Podría equiparar algunas características de internet con otros objetos sociales a los que se ha referido, como por ejemplo los centros de compras o el videoclip?
—Prefiero no hacer esas comparaciones, que me parece que no terminan de iluminar bien ninguno de sus dos términos. En una cultura que tiene como ideal, inaccesible para grandes mayorías, la libertad de mercado, es probable que muchos usuarios de internet se comporten en ella como si estuvieran en un espacio donde se eligen mercancías, se las examina, se las adopta o se las desecha. Pero, si queremos más precisión, al ser una parte muy relevante de internet todavía gratuita, la metáfora del mercado deja de ser útil bastante rápido. Cuando voy al mercado verdadero no compro cosas sin ton ni son, simplemente porque llevármelas a mi casa es fácil; el uso de internet, en cambio, todavía está regido por una idea de facilidad y de gratuidad (se paga el teléfono o una suma muy baja en los ciberlocutorios) y por lo tanto puedo traer de la red incluso cosas que sé, de antemano, que no van a servirme para nada. En cuanto a la comparación con el videoclip, supongo que proviene de la idea de sintaxis rápida. Bueno, salvo para los usuarios de fibra, con computadoras muy potentes, la sintaxis de internet es todavía “lenta”. Además, la gramática del videoclip es deliberada y precisa, mientras que nadie puede garantizar esa gramática sobre la base del linkeo o de la navegación en la página. En fin: los que piensan que internet tiene algo del videoclip, ¿vieron alguna vez un videoclip con atención?


—Entonces, prescindiendo de las comparaciones, ¿cuál sería el camino o el criterio para definir este medio/género/discurso nuevo?
—En internet se yuxtaponen, se intersectan o se suceden diferentes clases de discursos. Es bien evidente que las bibliotecas digitales poseen libros, que las revistas digitales publican artículos, los diarios cuelgan sus materiales impresos y otros especialmente preparados (que incluyen video y audio), que las páginas de las distribuidoras de cine, cuelgan trailers o fragmentos más extensos de films, que las productoras de música hacen más o menos lo mismo. También es evidente que se puede comprar casi cualquier cosa en las páginas del “mercado” digital. Además, quizás esto sería lo diferencial, en internet hay arte específicamente creado para aprovechar las potencialidades hipermediales; y también juegos y pasatiempos que trabajan con los mismos recursos técnicos. Algunas de las páginas de internet tienen la aspiración evidente de proponerse como “nuevo discurso”, es decir como un texto que utiliza sintaxis y gramáticas, tanto escritas como visuales y auditivas, que los textos anteriores a la web no exploraron o no pudieron explorar. No tengo inconveniente en que el arte digital se presente como “nuevo discurso”, aspirando en ese sentido a que se le reconozca su especificidad técnica y formal (como el cómic o el cine lo hicieron en su momento; o, un poco más tarde, el happening, la performance o las instalaciones). En cambio, tengo inconvenientes con la definición de internet como género, que me parece completamente inapropiada: ¿género de qué sistema de géneros?, ¿género de qué arte?, ¿género como la novela o la poesía épica o la pintura de retratos o el paisaje o la fotografía periodística? Para ser un género es preciso responder a una configuración, a un conjunto de cualidades que definen los textos del género y los separan de los que no pertenecen a él. En cambio, internet se caracteriza precisamente porque no separa nada, porque no dice de ningún discurso que no pertenece al medio. Esta palabra, “medio”, es la que adoptaría por ahora. De todos modos, no soy de los que piensa que una vez que se encuentra la palabra que define se solucionan los problemas.


— En una entrevista reciente realizada por educ.ar, Daniel Link decía que las ciberculturas tienen una relación mucho más armónica con la cultura letrada que con la cultura industrial. ¿Por qué le parece que la televisión nunca pudo ser una herramienta educativa? ¿Le parece que internet puede correr la misma suerte?
—Hasta hoy, mi acuerdo es con Link. Internet es mejor para los más cultos y peor para los menos cultos. No hay vuelta que darle. Y es así porque, hasta hoy, en internet hay más texto escrito que gráfica y sonido (y eso la diferencia de la televisión). No sé si este rasgo de internet se conservará o cambiará, depende de cuánto el mercado la invada no como lugar para vender sus cosas “reales” (autos, libros, medicamentos, equipos, ropa), sino sus cosas “virtuales”. Si el mercado la domina en este segundo grupo de objetos, internet podría volverse tan idiota como la televisión.


—El hipertexto, como formato de palabras e imágenes en internet implica el desarrollo de una nueva forma de leer. Hay diversos juicios sobre el grado de este quiebre. ¿Cuál es su opinión? ¿En qué aspectos se basa la diferencia?
— Quisiera pensar esa diferencia, pero sólo puedo decirle que alguien bien entrenado en la lectura no tiene dificultades ni sorpresas cuando, a través de una red de links, queda frente no sólo a textos sino a imágenes, sonidos, clips de video o lo que sea. Si un día prendo la computadora, y aparece un plato volador saliendo de la pantalla y aterrizando sobre mi escritorio, creo que tampoco me sorprendería mucho. Quiero decir que estamos dispuestos a que nada nos sorprenda demasiado ni por demasiado tiempo. Desde comienzos del siglo XX por lo menos, los públicos más populares están entrenados en la lectura de cómics, de películas subtituladas (en los países donde esa práctica es la habitual), de murales y decoraciones incorporadas a las arquitecturas, de mapas carreteros, de infografías, de ecografías, ven fetos por un monitor, etc., etc. El hipertexto más bien puede ser una agradable distracción, una distracción sin mayor sentido, o una necesidad del discurso o de la estética. Lo que me parece raro es que plantee dificultades a un público letrado. Sobre los usuarios no entrenados en la lectura habría que hacer alguna investigación para saber qué sucede, cuánto de intuitivo admite el recorrido en red y en sistema de un hipertexto.


—Todo medio plantea una relación entre las palabras y la realidad: ¿puede ser este un aspecto interesante para caracterizar a lo digital en general o a internet en particular?
—No me parece un desafío fascinante plantear la relación entre palabras y realidad desde este punto de vista. Todavía se sigue discutiendo en estética la relación entre realismo, representación, realidad, verosimilitud, etc., y todavía es la literatura la que suscita los debates estéticos más complejos; todavía la discusión iniciada por Auerbach o Bachtin sigue ocupando a gente interesante e inteligente. Y, en el caso del cine, basta leer los libros de Deleuze (que prolonga y discute a Bazin) para ver por dónde anda hoy la discusión. Por supuesto, se puede decir una montaña de lugares comunes sobre realidad y virtualidad.


—Entonces, ¿usted sugiere que continuemos pensando esa relación desde la literatura a partir de conceptos como mímesis o verosímil, o bien cree directamente que esa línea no es pertinente para pensar los textos digitales? En una pregunta anterior su movimiento fue también hacia la identificación entre la lectura de hipertextos con otros tipos de lectura. ¿Se inclina a pensar, entonces, que no hay nada fundamentalmente distinto o específico en lo digital? ¿O bien que no hay fractura o cambio con respecto a otras formas de producción y consumo simbólico?
—Lo que quiero decir es que la literatura, desde hace veinticinco siglos, fue el objeto sobre el cual los filósofos y los críticos eligieron construir el problema. Internet no posee una reflexión igualmente densa sobre sus productos. Personalmente, si me interrogo sobre las relaciones entre lengua y realidad, prefiero hipótesis más complejas que las que circulan en los papers o libros sobre comunicación. Es interesante pensar lo específico de lo digital, pero también hay que recordar que el videoarte existe desde hace más de dos décadas y, aunque reflexiones como las de Fargier son muy interesantes, todavía la estética de las imágenes móviles en el tiempo está marcada por teóricos como Deleuze, que se ocupa sólo del cine. Con esto quiero decir que no se trata simplemente de afirmar que hay que pensar una cosa para obtener como resultado una idea interesante.

—Las diferentes artes –literatura, música, pintura, etc.– han incorporado rápidamente las herramientas digitales como medio de producción. Incluso ha surgido un género artístico, “el arte digital”, y también en muchas obras hay una reflexión explícita sobre el proceso y el medio en el que se producen. ¿Cómo es su juicio como crítica cultural sobre producciones?
—He visto centenares de esas producciones. La pregunta supone que se puede tener un juicio general, como si se me interrogara sobre mi juicio en general sobre la pintura, la sinfonía, el soneto o las composiciones en la bemol.

—En su libro Tiempo pasado, señala que “las historias nacionales” que se difunden en las escuelas siguen un esquema simplificado del pasado y que esto ha sido modificado en algunos países por el quiebre de la legitimidad de las instituciones escolares y la incorporación de nuevas perspectivas y nuevos sujetos. ¿Es este el caso de la Argentina?
—En la Argentina, la versión de la historia que trasmite la escuela está debilitada por el profundo desinterés que la escuela produce en sus usuarios, los alumnos. La escuela ya no es un lugar de legitimidad simbólica, sino un lugar de pasaje (para que transcurra la adolescencia, para obtener un trabajo, para conseguir comida o seguridad). Por lo tanto lo que puede decirse allí sobre la historia está afectado por la falta de peso y de autoridad que toca a todos sus mensajes. La escuela compite en desventaja con los medios de comunicación. Pero no sólo en el caso de los alumnos, sino también en el de los maestros. Los medios son más importantes en la cultura de los maestros que las escuelas de formación docente, y ello habla del estado de la educación en la Argentina, donde un maestro probablemente le crea más a Felipe Pigna que a Halperin Donghi, simplemente porque su propia educación no le permite leer a Halperín y su contacto con los medios lo persuade de que las hipótesis conspirativas y maniqueas son más verdaderas que las explicaciones complicadas de la historia académica. Eso es lo que trato de decir en ese capítulo de Tiempo pasado. Y agrego también que la culpa de esto en parte puede atribuirse a la historia académica, que no ha sido capaz de elaborar un discurso de gran interés público. Pero el ámbito de mayor responsabilidad es el de los institutos de formación docente: si allí se enseña una historia maniquea, no veo de qué modo los maestros y profesores van a poder presentarles a sus alumnos una versión más precisa que la que ofrece la historia de divulgación mediática.
Fecha: Noviembre de 2005. Fuente:
http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/beatriz-sarlo-los-problemas-de.php

La premisa de Bayer

Afirmación. "El aumento de las villas miseria significa aumento de la violencia"

Osvaldo Bayer : "Hay que erradicar la pobreza y el hambre de los niños"

A los 83 años el escritor argentino Osvaldo Bayer afirma con elocuencia que "hay que intentar que se democratice más hacia adentro", agregando: "Se tienen que respetar las instituciones, pero también salir a la calle cuando las instituciones no atienden las necesidades de la gente".

Bayer. Se trata de profundizar la democracia.
Bayer. Se trata de profundizar la democracia.

La Nona de Roberto Cossa

La Nona / Obra de teatro de Roberto Cossa /dirección Claudia Echenique /protagonizada por Aldo Parodi, Jorge Yañes y Ana Maria Palma /
Música Original Pablo Villalabeitia/Capazorro
 

 

martes, 30 de marzo de 2010

La invención de Bioy: Lost disparó las ventas de Bioy Casares




La semana pasada se emitió en EE.UU. el cuarto capítulo de la cuarta temporada Lost, serie que desvela a millones de personas en todo el mundo. En una escena uno de los personajes aparece leyendo un libro: "La invención de Morel", de Adolfo Bioy Casares. La editorial que tiene los derechos de la novela en EE.UU. se vio venir el fenómeno y la reeditó. Hoy ya figura entre los cien libros más vendidos de suspenso en Amazon.com.

Los creadores de la serie reconocieron que, entre otros textos, se inspiraron en La invención de Morel: ¿Cuánto hay de La Invención en Lost?

domingo, 28 de marzo de 2010

Diario de la Guerra del Cerdo: Hoy




Adolfo Bioy Casares, escritor argentino que lamentablemente se perdió en el imaginario hasta llegar a ser casi parte del mítico Borges, escribió hace varios años un libro que se llamaba Diario de la guerra del Cerdo. En él pintaba una sociedad de jóvenes que, acuciados por la desesperanza, la injusticia y los males sociales, se dedicaba a cazar ancianos a quienes consideraban en cierta medida responsables de seguir ocupando un espacio y de haber hecho posible la desesperanza reinante. Cruel e inhumano como parece el tema, tal vez podría servir para una reflexión más profunda. El mundo en que viven hoy gran parte de los jóvenes es también fruto de las actitudes individuales de los que pasamos por la vida sin querer hacernos cargo de las consecuencias de nuestros actos. La historia del mundo en el último siglo nos está enrostrando nuestra falta de compromiso y, sobre todo, nuestra falta de reflexión al momento de actuar.
Búsqueda individual de riqueza y acumulación de bienes innecesarios, proliferación de armamentos, sucesivas guerras inexplicables, contaminación de la atmósfera y las aguas, extinción de miles de especies animales y vegetales, contenidos educativos hipócritas porque no educan en lo más importante, que es el aprender a pensar, reemplazo de los principios hipocráticos de la medicina por ganancias sin límite para los laboratorios que son los amos y producen sustancias que sólo mucho tiempo después se descubre fueron criminalmente responsables de efectos nocivos para la salud, ante un silencio cómplice de los médicos, pérdida del sentido de la justicia a favor de astucia de abogados, con abundantes arreglos extrajudiciales que no dejan sentada jurisprudencia y permiten que criminales de guante blanco sigan causando daño, creación de costosos foros internacionales que no cumplen su rol y bajan la cabeza ante el más poderoso, actividades políticas espurias y a sabiendas mentirosas, instituciones vergonzosas donde se tejen complicidades y negocios, aniquilación de cualquier grupo humano que haya osado tratar de cambiar el “sistema” (nombre con que se conoce a la inmunda relación de poderes reinante), religiones preocupadísimas en acumular bienes materiales y con enfoque principal en la actividad sexual de sus adeptos, pero no con el comportamiento humanista.
Por María Luisa Etchart. 
http://boletinargentino.blogspot.com/2009/10/argentina-diario-de-la-guerra-del-cerdo

Los Hombres Mediocres de José Ingenieros: algunos conceptos

  • Sobre la psicología de la  vejez:  La sensibilidad se atenúa en los viejos y se embotan sus vías de comunicación con el mundo que les rodea; los tejidos se endurecen y tornansé menos sensibles al dolor físico. El viejo tiende a la inercia, busca el menor esfuerzo (...) A medida que se envejece tornase el hombre infantil, tanto por su ineptitud creadora como por su achicamiento moral (Ingenieros, 2007: 134-135).
  • Sobre la democracia: Hasta ahora no ha existido una democracia efectiva . Los regimenes que adoptaron tal nombre fueron ficciones. Las pretendidas democracias de todos los tiempos han sido confabulaciones de profesionales para aprovecharse  de las masas y excluir a los hombres eminentes.  Han sido siempre mediocracias. La premisa de su mentira fue la existencia de un pueblo capaz de asumir la soberanía del Estado. No hay tal: las masas de pobres e ignorantesno han tenido, hasta hoy, aptitud para gobernarse: cambiaron de pastores (Ingenieros, 2007: 165).
       Ingenieros, José (2007). El hombre Mediocre. Editorial Gradifco. Bs. As.

Sentires


Pasaste de nuevo frente a mí. No sé si registraste mi presencia allí como tantas tardes en que sé, te diriges a la Facultad de Artes. Yo estaba como siempre, a la entrada de la céntrica galería. Esa por la que pasas tantas veces.
Te conozco sobradamente aún cuando quizás no lo creas posible. Es más, el rumor de tus pasos, aproximándose, largos, seguros, lo percibo y distingo de otros de inmediato. Entonces espero. Hago una pausa en la canción que intento ejecutar en la vieja armónica y te espero. Sé que sólo un instante nos separa del encuentro que imagino próximo y a la vez tan distante. Es que el mismo durará lo que permita tu prisa del día.
Una nota más quiero extraer de la armónica. Así, segura y armónica, en cada paso que das te aproximas y es quizás con algo de ironía, que quiero acompasar mi canción al ritmo de tu caminar.
Enseguida, el signo que distingue tu presencia se hace patente en mí. Es una percepción profunda, sutil, que todo lo inunda y persiste, como una esencia que, al menos por un momento más, prolonga tu cercanía.
Es éste un perfume de las más exquisitas fragancias. Aroma que te delata y muestra única, separada, como elegida e inigualable a nada conocido.
En el movimiento del aire que desplazas al caminar y que percibo como suave brisa o caricia de niña enamorada, adivino la esbeltez de tu figura.
Pasas a mi lado y aunque no lo creas, siento en mi rostro, la sombra de tus cabellos, movidos por suave brisa de otoño.
Otras veces te siento acompañada y adivino una compañera o quizás, una amiga que va contigo. Es allí cuando registré, más de una vez, tu cantarina voz, tu risa sonora…
Te siento de mil formas distintas. Adivino a lo lejos y compruebo cuando pasas frente a mí, hasta como estás vestida ese día. Como hoy, cuando con botas de fino cuero, pantalones, una blusa y una campera tejida, echada sobre los hombros, pasaste como paseando.
Te conozco y a la vez te imagino de mil formas diferentes. Es que aún cuando te sentí tan cerca tantas veces, hay detalles en ti que no puedo o no encuentro palabras, entre las que conozco y comprendo, también por mi experiencia, para explicar cabalmente mi percepción. Entre ellas, el indescriptible, al menos para mí, color de tus ojos o el brillo de tu cabello, que siento el más bello, quizás semejante a las alas del mirlo, cuyo canto alegra mis horas.
Cómo y con qué comparar el color de tus labios o del brillo con que adornas las uñas de tus manos. Esas que mueves como alas de mariposas en vuelo, cuando pasas conversando animadamente a mi lado.
Te preguntarás en donde reside mi dificultad para delinear, con mayor detalle, esta particular percepción de tus colores, aún cuando los intuyo como ricamente armoniosos.
Es que no sé si coincidiríamos en nuestro modo de describirlos, ya sea por tu sensibilidad a sus múltiples modos de expresión o sus variados tonos, que presiento, combinas hábilmente en tus creaciones visuales o quizás simplemente sea que desde siempre, me conocen aquí como “El Ciego”.
 Alfredo Mors.
Cuento seleccionado en el Certámen de Relatos "BREVISIMO".
 

viernes, 26 de marzo de 2010

Postales de Buenos Aires

 

 

Mi Buenos Aires Querido


Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
Juan Gelman

Foto: Pintura de Alfredo Mors

Socialismo según Yupanqui

“El trabajo es cosa buena, es lo mejor de la vida;
pero la vida es perdida trabajando en campo ajeno.
Unos cinchan como trueno y es de otros la llovida” .


Atahualpa Yupanqui.

Concurso Literario: Entre Borges y Arlt

 

Propuesta:
La consigna es escribir un "encuentro imaginario" entre Jorge Luis Borges y Roberto Arlt.Vale: cuento, poema, ensayo, sainete, oda, etc...
Jurado: De primera categoría. 
Premio: Publicación (en su momento se dirá el sitio) y un libro de Borges o Arlt (a elección).
Reglas: que no tenga más de 10 páginas (sujeto a reducciones para su publicación) en letra times new roman 12, interlineado 1,5.
Plazo: 27 de  septiembre de 2010.
Enviar a: mariana_valle17@hotmail.com. Con: nombre y apellido, seudónimo (optativo) y dni.
 

1. Borges y Arlt: vidas paralelas
Con harta frecuencia se han trazado paralelismos y efectuado comparaciones entre los denominados grupos de Florida y de Boedo, que surgieron en Buenos Aires allá por la década de 1920: inclinado, según dicen los que saben, a lo "estetizante" el primero; a lo "social", el segundo. (A mí me cuesta aceptar la incompatibilidad de las categorías —si fueran tal cosa— de "estetizante" y "social": creo que nadie puede ser "absolutamente" estetizante ni "absolutamente" social; creo —por ejemplo— que nada impide que un libro esté muy bien encuadernado y que, al mismo tiempo, sea aburrido.)
Aun aceptando —por cierto que a regañadientes— la existencia de ambos grupos, y, por añadidura, con la posesión de dichas características distintivas, hay un hecho mucho más decisivo que tiende a invalidar o a hacer irrelevante su acción, y es que las obras literarias jamás se han originado en sociedades colectivas sino que siempre han sido fruto exclusivo de la creación individual. La opinión contraria —la que ve las obras como resultado de la acción del grupo— parece sustentarse, más bien, en una especie de criterio de eficacia colectiva, criterio maravillosamente aplicable al fútbol y a otros deportes de conjunto, pero de ningún modo admisibles en lo personal por excelencia: la creación artística.
Acaso como una extensión adicional de aquel afán clasificatorio, suele hablarse también de una suerte de "vidas paralelas" entre los dos escritores que más vigorosamente representarían a uno y otro grupo: Jorge Luis Borges y Roberto Arlt.
Inclusive los escritores más diminutos son multifacéticos: con mayor razón sería absurdo despojar de sus muchas riquezas a escritores tan valiosos como Borges y Arlt para dejarlos reducidos a los tristes esqueletos de, respectivamente, "estetizante" y "social".
Lo cierto es que Borges y Arlt se inventaron a sí mismos sendos caminos literarios: caminos propios, personalísimos, inimitables e intransferibles. Y estos caminos —ahora sí, y sólo en este sentido, "vidas paralelas"— parecen no haberse tocado nunca.
Proveniente de una familia inmigrante de lengua no española, Arlt fue argentino de primera generación, inculto (en la acepción académica de la palabra), tumultuoso, osado, intuitivo, vital, de grueso sentido del humor.
Borges, en cambio, pertenecía a una antigua familia argentina, acomodada y tradicional, en cuya casa había muchos libros y se hablaban correctamente el español y el inglés; Borges era tímido, miope, tartamudo, estudioso, sutil, inteligentísimo e infinitamente transgresor y revolucionario (como jamás podrían serlo —y ni siquiera imaginarlo— los transgresores y revolucionarios "profesionales", hechos de escenografía y caracterización teatral, y repetidores de frases viejas y de decires cristalizados).
Ambos son ajustadamente coetáneos: Borges nació el 24 de agosto de 1899; Arlt, el 2 de abril de 1900; de manera que, si el azar lo hubiera consentido, podrían haber sido compañeros de clase. Difieren en que Arlt murió relativamente joven, a los cuarenta y dos años, el 26 de julio de 1942, y Borges muy anciano, a los ochenta y seis, el 14 de junio de 1986.
 Este artículo se publicó dos veces, según se informa a continuación:
1993. Borges y Arlt: las paralelas que se tocan. Anthropos. Revista de documentación científica de la cultura (director: Ramón Gabarrós Cardona), Nos. 142-143, Barcelona, marzo-abril 1993.
1996. Borges y Arlt: las paralelas que se tocan. Proa (director: Roberto Alifano), No. 25, Buenos Aires, septiembre-octubre 1996, págs. 47-55.
Disponible en el sitio web: http://www.ucm.es/info/especulo/numero11/arlt_bor.html 

lunes, 15 de marzo de 2010

Maldita Perdición


Observo de lejos sintiendo deseos cayendo en el suelo del mundo sin consuelo sufrido destino es el que me espera el sueño frustrado es el que me encierra maldita perdición me gana la razón en mi esperanza buscaba la razón pero no pudo encontrar la solución maldita esa perdición que ya marcó mi corazón me duele andar en caminos tan sólo y sin mis amigos es tan grande esa emntira ofreciéndote la salida bastaba con escuchar hasta un ciego hablar maldita perdición insistes sin razón maldita esa perdición no respeta mi decisión me obligas a caer de nuevo y otra vez no sólo mi corazón dañaste jugaste con mi alma y ganaste ya con todas mis fuerzas voy a luchar hasta mi alma poder cicatrizar y sólo la cicatriz va a quedar de cuando la droga me quizo matar..

Marcelo Veliz
Veliz, Marcelo (2006). Antología: Las otras veces. Sade. Sur de Tucumán.

domingo, 7 de marzo de 2010

Ver para leer... La pregunta de sus ojos y Las viudas de los jueves



Libros de Eduardo Sachieri y Claudia Piñeyro llevados al cine. Altamente recomendables...

Poemas de Horacio Castillo

Anquises sobre los hombros

Todos llevamos, como Eneas, a nuestro padre sobre los hombros.
Débiles aún, su peso nos impide la marcha,
Pero luego se vuelve cada vez más liviano,
Hasta que un día deja de sentirse
y advertimos que ha muerto.
Entonces lo abandonamos para siempre
En un recodo del camino
y trepamos a los hombros de nuestro hijo.

Arte Poética
Soltar la lengua, de manera que no trabe el producto
que viene desde adentro, impulsado
por una fuerza superior
y el hábil juego de riñón y diafragma;
insistir presionando los músculos
como para expulsar
un caballo o un cíclope;
repetir el procedimiento
provocándolo inclusive con los dedos
o una materia acre,
hasta quedar vacío, sólo reseca piel,
odre para colgar del primer árbol,
extenuada matriz de lo volátil, acaso de la luz.


Si te interesa la obra poética de Horacio Castillo, podés encontrarla en:

Castillo, Horacio (2005): Por un poco más de luz
Obra poética 1974-2005,
Editorial Brujas, Colección Vital, Córdoba.

La muerte de D Giovanni: según Arlt




He visto Morir...
Crónica sobre la muerte de Severino Di Giovanni
Por Roberto Arlt

Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanasos tras de las rejas. Cinco menos 2. Rechina el cerrojo y la puerta de hierro se abre. Hombres que se precipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan grandes saltos por los corredores iluminados. Ruidos de culatas. Más sombras que galopan.
Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir.

La letanía.

Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una como silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz castiga la obscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial.
"..de acuerdo a las disposiciones... por violación del bando... ley número..."
El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnado en aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas.
Es Severino Di Giovanni. Mandíbula prominente. Frente huída hacia las sienes como la de las panteras. Labios finos y extraordinariamente rojos. Frente roja. Mejillas rojas. Ojos renegridos por el efecto de luz. Grueso cuello desnudo. Pecho ribeteado por las solapas azules de la blusa. Los labios parecen llagas pulimentadas. Se entreabren lentamente y la lengua, más roja que un pimiento, lame los labios, los humedece. Ese cuerpo arde en temperatura. Paladea la muerte.
"..artículo número...ley de estado de sitio... superior tribunal... visto... pásese al superior tribunal... de guerra, tropa y suboficiales..."
Di Giovanni mira el rostro del oficial. Proyecta sobre ese rostro la fuerza tremenda de su mirada y de la voluntad que lo mantiene sereno.
"..estamos probando... apercíbase al teniente... Rizzo Patrón, vocales... tenientes coroneles... bando... dése copia... fija número..."
Di Giovanni se humedece los labios con la lengua. Escucha con atención, parece que analizara las cláusulas de un contrato cuyas estipulaciones son importantísimas. Mueve la cabeza con asentimiento, frente a la propiedad de los términos con que está redactada la sentencia.
"..Dése vista al ministro de Guerra... sea fusilado... firmado, secretario..."

Habla el Reo.

-Quisiera pedirle perdón al teniente defensor...
Una voz: -No puede hablar. Llévenlo.
El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quien sabe!.
El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate.
Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar.
Ha formado el blanco pelotón de fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita:
-Venda no.

Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso.
Surge una dificultad. El temor al rebote de las balas hace que se ordena a la tropa, perpendicular al pelotón fusilero, retirarse unos pasos.
Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
-Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
-¡Viva la anarquía!
-¡Fuego!

Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas.
Fogonazo del tiro de gracia.

Muerto.

Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.
Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez de Última hora, Enrique Gonzáles Tuñón, de Crítica y Gómez, de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:

-Está prohibido reírse.
-Está prohibido concurrir con zapatos de baile.

Roberto Arlt
de "Aguafuertes Porteñas"
1º de febrero de 1931

Mauricio Macri según Feimann

Hoy, Mauricio es Posse




Por José Pablo Feinmann


Y de pronto: el tsunami Posse. Pocos hombres elegidos para un puesto han dicho tantas inconveniencias antes de asumir. Esas cosas se dicen después o no se dicen. Los sagaces, los políticos habilidosos, tienen la cautela de no anunciar sus canalladas si están dispuestos a cometerlas. O a no ser excesivamente sinceros si saben que eso que piensan les habrá de caer mal a muchas personas, aunque él las odie. Pero se supone que tendrá que negociar con ellas. Eso es la política. Aunque hay algo ya largamente probado: “los K” –como les dice la “oposición” para simular que se trata de un gobierno familiar, de apenas dos personas autoritarias, una especie de orden feudal en pleno siglo XXI– logran, sin proponérselo, que sus enemigos (no adversarios, éstos son abiertamente enemigos) exhiban abiertamente lo peor de sí. Que les brote la basura por todos sus poros. El odio. Que pierdan la paciencia. Que no sepan moderarse. Posse es la más reciente de estas víctimas. Figura entre las más espectaculares. Otras, al expresarse por medio de “libros”, meten menos ruido, aunque nunca poco. Pensemos brevemente en la cantidad de libros que han salido últimamente para arrojar material defecatorio, excremental, estiercolero, sobre la figura de “los K”. Uno de Aguinis, otro de Majul, enseguida uno de un periodista de Perfil, Edi Zunino, antes uno del infaltable Joaquín Morales Solá, un hombre genuinamente atormentado por la también llamada “pareja presidencial”, y ahora, en el colmo del disparate, uno del prestigioso ensayista a quien se suele llamar “el Negro Oro”. No han incurrido en esta modalidad ni Natalio Botana, ni Santiago Kovadloff, ni Beatriz Sarlo ni Tulio Halperin Donghi ni Carlos Altamirano. Por citar algunos que uno habría leído con cierta atención, abierto a sus argumentos. No, son periodistas con un tufillo aventurero. Gente que no ha demostrado talento ensayístico ni ha atesorado prestigio intelectual a lo largo de los años. ¿Qué son, qué buscan? Ventas rápidas, trepar en las listas de best-sellers. Son libros-cacerola. Hay, todavía, una clase media que se los devora. La cuestión es: ¿hay tanta basura para arrojar sobre “los K”? ¿Consigue esa basura abastecer a cinco libros? No, creo que el libro anti-K se ha transformado en un libro de autoayuda. Permite a la Mesa de Enlace (“¿Qué pasó con la Mesa de Enlace?”, se pregunta Barcelona en su reciente número), a los garcas de todo tipo, a la “oposición” (Cobos, Carrió, Michetti) y a toda la inmensa clase media teflonera tener enhiestas sus esperanzas destituyentes. El Plan de Gobierno de la “oposición” es claro y, sobre todo, nada institucional: “Que no lleguen al 2011”. Eso es todo. Pese a ser, entonces, libros de autoayuda, no venden tanto como los verdaderos: los que “curan” el alma. Vuelvo a recurrir a mis admirados barceloneses: “Después de Ari Paluch y Guillermo Andino, los editores salen a cazar a ‘cualquier boludo famoso que firme un libro de autoayuda’”. De esta forma, muchos periodistas “ya han sido tentados para publicar sus propios libros con historias personales, ejemplos de vida, anécdotas estúpidas con moralejas infantiles ‘y todo eso que a la gente boluda le encanta leer para sentirse menos boluda’” (Barcelona, 4/12/2009). No se requiere ni saber escribir. Las editoriales tienen sus escribientes. Sería atinado pensar que el Negro Oro y Aguinis son a la política eso que Ari Paluch y Guillermo Andino son a la autoayuda: escriben, arman, traman, inventan, dicen algunas verdades (al fin y al cabo, es cierto que hay corrupción en este gobierno, sólo que lo que nos espera con el horrible fascismo que está armándose es mucho, pero mucho peor), mienten con descaro, destilan un odio enfermizo, escupen, gritan, sudan y entregan “todo eso que a la gente boluda le gusta leer para sentirse menos boluda”. En este caso, menos sola, más esperanzada, creyendo que llegará el día en que los “terroristas que nos gobiernan” serán destituidos.

Pero Posse ha traspuesto los límites. Yo lo conocía al personaje. Sabía que era un escritor mediocre. Que había escrito una mediocre biografía de Eva Perón. Que había tenido un cargo diplomático en Praga y aprovechó la volada para escribir sobre la estadía del Che Guevara en ese lugar. Estuvo un año ahí y nadie sabe qué le pasó. Posse se puso a investigar y no consiguió mucho. Pero igual publicó un libro apologético sobre Guevara. Antes me lo había cruzado en el sepelio de Fernando Ayala, a quien yo tenía estima por ser el socio de Olivera en Aries y haber financiado los films de Aristarain, entre ellos Ultimos días de la víctima. Yo acababa de estrenar Eva Perón. Con dirección de Desanzo y la gran actuación de Esther Goris. Me divertía preguntarle a todo personaje que hubiera escrito algo sobre Evita si no creía que yo lo había plagiado, pues a muchos se les daba por decir esto. Le dije a Posse: “Habrá advertido que tomé algunas cosas de su libro”. Sonrió feliz. Y me respondió: “Sí, pero no importa”. Por dentro, yo me divertía como loco. Nunca fallaba. Hasta a alguien que tenía una tía que había escrito algo llamado Evita íntima le tendí la misma trampa. Y también me perdonó. Gente generosa. Al único que plagié fue al Sartre del Saint Genet, comediante y mártir. Antes lo había hecho Sebreli, por lo cual algunos despistados me acusaron de haberlo plagiado a Sebreli. Luego supe de Posse por una polémica que tuvo con Tomás Eloy Martínez. Tomás lo acusó de haber sido “colaborador de la dictadura militar”. Me llegó un sobre de Posse. Se lo habrá enviado a algunos para que se enteraran de su respuesta en La Nación, en caso de no haberla leído. Era mi caso. Leí su carta, era de enero de 1998, y decía: “(Martínez) me acusó de haber sido ‘colaborador de la dictadura militar’, simplemente porque no renuncié a mi carrera diplomática (...). Entre 1973 y 1979 era secretario y cónsul en la deliciosa Venecia. Me causaría horror haber renunciado y tener que pensar hoy que lo hice por Galimberti y Firmenich” (La Nación, Cartas de Lectores, 23/12/97). No, cavernícola ignorante, usted no tenía que abandonar su maldita “deliciosa Venecia” por Galimberti y Firmenich, sino porque era funcionario de un gobierno de asesinos, porque, al serlo, era cómplice de ellos, tenía tanta sangre en sus manos como los mercenarios que arrasaban familias, robaban niños, violaban mujeres, torturaban a los hijos delante de sus padres, empalaban seres humanos. (Ver: Feinmann, La sangre derramada, 1998, Buenos Aires, Ariel, p. 136.)

Años después (sin saber nada durante largo tiempo del personaje), me encuentro con otro artículo suyo en La Nación. Describe tan precisamente la modalidad de la tortura bajo los militares que lo he citado en el fascículo N° 106 de mi dilatada obra sobre el peronismo: “Adoptaron la doctrina de la ‘tortura técnica’, rigurosamente limitada e informativa, para desarticular la organización de las células de acción. (Se sabe que la pretensión ‘técnica’ termina invariablemente en abuso, sadismo y la degradación, tanto del torturado como del torturador. Basta considerar lo que está pasando en Irak.)”

“Se estableció una represión legítima frente al alzamiento, pero ejecutada por usurpadores y por medios ilegales e inconfesables” (La Nación, 24 de marzo de 2006). El artículo era a propósito de los 30 años del golpe militar del 24 de marzo. Concluía con democráticos llamamientos a la concordia nacional: “Ojalá esta conmemoración sirva para sellar la puerta del infierno, para no volver la cabeza y paralizarnos en el odio renovado”. Posse ha enloquecido. Cree que los “troskoleninistas” del gobierno Cristina Fernández han abierto de par en par las puertas del infierno. Pero aunque así lo crea, debió haberlo dicho de otro modo. No pudo. No pueden. El odio los denuncia. Se desbocan. Les brotan colmillos. A Macri también. ¿O no sabe a quién pone? ¿Tan ingenuo es? No, si Macri pone al Fino Palacios y a Abel Posse es porque los elige. Y si los elige es porque son fascistas. Y si alguien elige fascistas para que lo acompañen es porque con ellos está cómodo. Y si lo está es porque con la democracia se siente mal, se siente atado. Y los que todavía no se dieron cuenta es porque son tan fascistas como él. La cuestión no es Posse: es Macri. Pareciera que se está transformando aceleradamente en alguien más tenebroso que el muchacho alegre de los ’90, que el hijo de papá con futuro, que el dirigente de Boca, que el entusiasta cantante de temas de Freddy Mercury. Cuidado: ése ya no es Macri. Supongo que no se habrá olvidado el eslogan de la campaña electoral de Filmus contra Mauricio: Mauricio es Macri. No, mucho peor. Hoy, Mauricio es Posse.

Feimann todavía apoya la octava consonante...

Y expresa "Apoyo al Gobierno porque lo veo condicionado"

domingo 14 de febrero de 2010




Criticó a los últimos best-sellers del verano por “caceroleros” y cosechó ácidas réplicas de Majul, Zunino y Reato. Él dice que lo llaman “filósofo K” para no tomarse el trabajo de leerlo. Aclara que no integra Carta Abierta y que está en Encuentro porque ningún canal comercial le ofrece aire. Sus imperdibles diálogos con Kirchner y su última provocación: “Los últimos meses de Cristina fueron brillantes”. El pensador que irrita al “periodismo anti K”.

Por Diego Rojas

–¿En qué campo político se ubica, Feinmann?

–El otro día hablaba con Horacio González y me decía que yo era un franco tirador de la noche: “Te encerrás y desde ahí hasta las 7 de la mañana disparás para todos lados”. Yo no estoy en ningún lado, yo no estoy en el gobierno. De hecho yo, al único que veo del gobierno, pero porque es amigo, es a Juan Manuel Abal Medina (h). Después veo a gente que estuvo, como Pepe Nun o Daniel Filmus. Por ellos es que llegué a mi programa sobre filosofía en Encuentro.

–Ese ciclo es la excusa para que muchos de sus detractores infieran que usted es un funcionario estatal y que su sueldo en Encuentro es la forma en que el gobierno le retribuye sus favores como pensador kirchnerista.

–Eso es una canallada. Yo respondo: que me dé Canal 13 una hora, yo la tomo. Que me dé una hora Telefé. Voy a Encuentro y les digo que me voy, que con esos canales puedo llegar a mucha más gente. Es más, tal vez me llamen de alguno de esos canales. Bernarda Llorente y Claudio Villarroel, que se fueron de Telefé, quieren hacer algo conmigo. Una idea muy linda: Ver para pensar. Así que les digo: “Fuck you” a los que dicen esas huevadas. Porque, decime la verdad, ¿me voy a vender por un programa de televisión? ¿No es un poco poco? A mí no me paga nadie. Me pagan en Página12, en Planeta por mis libros y, bueno, por supuesto, que en Encuentro cobramos. Dalí Producciones, que es Ricardo Cohen, se ocupa de todo. También cobro cuando doy cursos. Y podría vivir tranquilamente de esos cursos.

–¿Integra Carta Abierta?

–No.

–Entonces, ¿por qué piensa que, a pesar de las críticas que esgrimió contra el gobierno, sigue siendo identificado como un pensador K?

–Y... porque la gente es mala, ¿que querés que te diga? Al identificarme como un pensador K no necesitan leerme. Así no tienen que leer las 814 páginas de La filosofía y el barro de la historia. ¿Para qué leerlo si lo escribió un pensador K? Tengo 31 libros editados, tengo un corpus literario, ¿no? Pero ninguno de estos tipos lee mis libros. Repiten: “Es un pensador K”, o sea, es un tipo que se vendió por dinero, es un tipo que piensa para fortalecer una gestión, es un tipo que piensa recibiendo directivas de K, que puede ser de Cristina o Néstor. Me pregunto si piensan así porque viven así. Es como dice el refrán: “El ladrón piensa que todos son de su condición”.

–Usted comenzó su relación con el kirchnerismo de un modo entusiasta.

–En el 2003 estábamos todos contentos. Cuando asumió K a mí me cayó bárbaro, viste que se tiró sobre el fotógrafo, lo hirieron, asumió con una curita, jugó con el bastón… Yo pensé: “Qué flaco divertido”. Escribí una nota que le gustó mucho y me llamó. Charlamos mucho, le planteé mi postura: “Tenés que dejar el peronismo, crear un buen partido de centro-izquierda y empezar algo nuevo en la política argentina”. Si lo hacía, yo pensaba estar. Él decía cosas muy interesantes, entre ellas dijo: “De aquí a mí me sacan con los pies para adelante”. Es un dato importante. Que se vayan enterando que muy fácil no va a ser sacarlo. Ni a él ni a ella. No creo que se vayan en helicóptero.

–Pero Kirchner después eligió claramente al PJ y al corleonismo, según su propia definición.

–Hablaba sobre el aparatismo en una nota que no le gustó. Muy amablemente me mandó un mail. Recuerdo que, cuando comenzamos nuestra relación, me contó Bielsa que mientras conversaba con él, Kirchner le dijo: “¡Ah! Esto lo tengo que consultar con José Pablo” y que se levantó de la reunión y me llamó desde Washington. Yo no lo podía creer, era el presidente. Luego de ese artículo me mandó un mail. El “asunto” decía: “Mail del presidente”. Me quedé sorprendido. Ahí me decía: “Los intelectuales como vos buscan la pureza todo el tiempo, los políticos no nos podemos dar ese lujo. Yo, si quiero conservarme en el poder, tengo que apropiarme del aparato del PJ, si no, el aparato del PJ me va a aniquilar. Para apropiarme del aparato del PJ, tengo que entrar en la basura, meterme, ahí, en la mierda, y eso a vos por supuesto, no te a va a gustar”. Yo le contesté que entendía, pero que no podía hacer eso. Esa política es la que siempre se hizo.
–Además, ¿triunfó en esa apropiación del PJ? ¿No se dió vuelta una gran cantidad de intendentes que hoy siguen a Duhalde?

–No creo que haya triunfado. Deslució su imagen ante la clase media que lo vio transar con Barrionuevo. Cuando pasó lo de Barrionuevo también saqué una nota. Estos muchachos que me atacan se olvidan de mis notas, pero el que en serio hizo críticas a K, críticas teóricas en serio, fui yo.
–Sin embargo, la percepción es que usted apoya al gobierno.

En un montón de cosas apoyo del gobierno. Primero lo apoyo porque lo veo muy condicionado. Apoyo porque veo lo que hay del otro lado. Apoyo que los Kirchner tengan una buena relación con Evo, una buena relación con Chávez. Tengo muchas objeciones contra Chávez pero está bien que tengan una buena relación con él. Además, en este momento estoy apoyando a Cristina más que a Néstor. Cristina me gusta mucho, piensa bien, dice sus discursos maravillosamente, y eso no es un dato secundario. Son signos muy grandes de inteligencia. Si escuchás hablar a Cobos, a Macri, a De Narváez, ninguno de ellos le llega al primer taquito a Cristina. Es una mina inteligente que piensa, que tiene cultura, que es un cuadro político desde hace muchos años. Hay muchas personas que la apoyan. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Y acá Horacio González, Ricardo Foster, Noé Jitrik, David Viñas... Son mis compañeros de toda la vida, no es que no tengamos críticas, pero estamos defendiendo un estado de cosas.

–En una entrevista en Veintitrés hace tres años usted decía que Kirchner no usaba la plata de las reservas para paliar los altos índices de pobreza que existen. Hoy parece que siguen sin usarse para esos fines.

–Todavía reprocho eso. La lucha contra el hambre no se dio. La lucha por la distribución del ingreso se empezó a dar el año pasado. Pero este es un llamado de atención. Este es un país donde se le quiere sacar un 3% a los más poderosos terratenientes y no se puede. El gobierno casi cae con el apoyo de la clase media. Lo único que faltaba es que vinieran con los tractores a Plaza de Mayo. Se podría haber incendiado el país.
–Se puede pensar que para que los cambios sean profundos se requiere que se recurra a ciertos incendios.

–Sí. Pero no creo que se puedan producir. Perdóname el pesimismo. ¿Qué serían cambios profundos? Cambio profundo fueron la Ley de Medios, la estatización de las AFJP, el fútbol. Ahora, ¿cómo avanzar? Se debería poner un impuesto a la riqueza y establecer un ente de distribución del ingreso. Se podría poner un impuesto a la renta financiera.

–¿A este gobierno le interesaría hacer eso?

–Ese es el problema. El año pasado intentó hacer algo y no pudo, casi se va a la mierda. También por errores de ellos, pero hubo un revuelo infernal. Si no lo hacen ellos, ¿quién lo va a hacer?

–¿Cómo ve a la oposición de centroizquierda?

–Bastante débil. Me gusta Sabatella. He ido a Morón a dar conferencias y es un gran tipo Sabatella. Pero no tiene poder, no tiene el peronismo. Y hoy el peronismo es una estructura corleonista que no lo va a dejar avanzar más allá de cierto punto. Hoy, la política es conseguir posiciones a través del dinero. Es una corporación en la cual hay más circulación de dinero que ideas. No es culpa de los políticos, es culpa de las grandes empresas que manejan el país, de los grandes intereses concentrados monopólicamente que manejan el país. La política hoy se hace a través de los medios: hay una colonización de la subjetividad. Es el poder de penetración de una ideología a través de lo mediático. Hay un sujeto absoluto bélico comunicacional, hace guerras pero también gana guerras a través de lo comunicacional. Vos fijate que en China no hay diarios de izquierda, que aquí tampoco hay casi diarios de izquierda. Bueno, está Página 12, que es de una izquierda centrada y después habrá algunos pequeños diarios. Todos los grandes diarios son de derecha, todos los grandes programas de TV son de derecha, Tinelli es de derecha, los culos de Tinelli son de derecha porque idiotizan.

–¿Preparan los medios las condiciones para una restauración conservadora?

–Por supuesto. Hay un capítulo de Ser y tiempo de Heidegger que habla de la existencia inauténtica que es así: el sujeto no habla, es hablado; no piensa, es pensado; no interpreta, es interpretado; no ve, es visto. Ese tipo cree que tiene ideas, pero no tiene ideas, tiene las ideas de los otros. Foucault en un texto muy lindo que se llama Poder y verdad dice: “El poder crea la verdad” y hoy el poder son los medios de comunicación. Crean la verdad porque la dicen durante todo el día y la repiten a la noche. Nadie piensa por su cuenta, todos son pensados, entonces no hay una consciencia crítica. En cuanto al gobierno, esto es lo que yo le reprocho desde el primer día: debió haber formado cuadros, debió haber hecho militancia, debió haber mandado dirigentes por los barrios, debió haber formado escuelas de formación política, pero no lo hizo porque se mantuvo en la vieja política.

–Al gobierno se le endilgan formas autoritarias, corrupción y maltrato de las instituciones republicanas. ¿Qué opina sobre esto?

–La oposición dice: “Son corruptos, las instituciones no funcionan y son personalistas o son demagógicos o son dictatoriales, autoritarios”. Pero estos fueron los argumentos de todos los golpes de Estado. A Irigoyen le decían que era lento, estaba viejo. A Ilia también y eso lo decían los iluminados de Primera Plana, nuestra gran revista, que era golpista, que apoyó y trajo a Onganía. A Perón lo acusan de corrupto, exhiben todos los tapados de Evita, toda la ropa, ponen coches, 20 coches e invitan a la gente a ver los autos que tenía Perón. Había grandes tachos de basura que decían: “Arroje aquí su carnet de afiliación al partido peronista”. Entonces, la corrupción es un elemento fundamental de todo intento golpista. Y la oposición, que es golpista, instrumenta la corrupción. Lo otro que instrumenta es que las instituciones no funcionan como si alguna vez ellos hubieran sido republicanos. ¿Cuándo el liberalismo llegó aquí, al poder, a través de elecciones democráticas? Nunca. Entonces, Perón cae por ese esquema: corrupción y autoritarismo, falta de respeto por las instituciones. Es una historia que regresa.

–¿Percibió cómo se extendió el mote de “la yegua”?

–Son los mismos insultos que se usaban con Evita, es notable. Se ve un machismo asqueante en los tipos y en las minas. Me llegan chismes de peluquería, el gorilismo de peluquerías es el peor. Las minas dicen cosas terribles de Cristina. Es machismo puro. Imaginate que odias a alguien y sin embargo le tenés ganas. Cuando sale bien en la foto, y generalmente sale bien, te gusta, pero no te tiene que gustar porque la odiás. Entonces eso produce una cosa que se les revuelve por dentro. Lo que más los agrede es que es una mina inteligente, es el presidente que mejor ha pensado en sus discursos, que mejor ha dominado la exposición de un discurso con la excepción de Perón.
–¿Ve factible la posiblidad de un golpe institucional, con un barniz democrático? Carrió habla de juicios políticos con frecuencia.

–Va a ser difícil hacer eso. Carrió, esa emisaria de Cristo, a quien Dios elige para hablar a través de su logos, puede decir eso. Pero también ha dicho muchas otras cosas. Dijo que a Kirchner lo único que le faltaba eran los campos de concentración para ser Hitler. No tomo en serio lo que dice esa mujer. Incluso dentro de la oposición no le tienen gran respeto. La Mesa de Enlace, la noche del triunfo, no la dejó subir al palco. Es piantavotos.
–Volviendo a sus críticos...

–Sé quienes son los que me atacan pero no me calienta. No tienen entidad. ¿Quiénes son esos tipos? Son periodistas que se han puesto a escribir algunos libros anti K, que está de moda. No voy a polemizar con ninguno. Hace 15 días que llegué de Roma de polemizar con Giacomo Marramao, que es el filósofo más importante de Italia, no voy a polemizar con estos tipos. Yo polemizaría con Ernesto Laclau. Polemizaría con Santiago Kovadloff, con Natalio Botana, pero no con estos otros. No los quiero nombrar porque apenas nombre a uno, saca mañana una columna porque quieren debatir conmigo, lógico.
–¿Y con Sarlo debatiría?

–Con Sarlo estoy cansado de polemizar.

–¿Le gusta la idea de ser un pensador que molesta?

–Por supuesto: un pensador tiene que molestar. Eso lo dijo mi gran maestro Sartre, el pensador está para cuestionar a todos. A través de esta conversación he tenido enojos con todos. Pero te digo que Cristina tiene que seguir gobernando y que no jodan con golpe de Estado ni el ánimo destituyente porque ninguno de los otros le llega ni a los tobillos a Cristina. Entonces, no es un gobierno que a mí me pueda entusiasmar pero no creo que pueda haber ninguno que me entusiasme porque las cosas que yo quería hacer creo que no se pueden hacer. No se están haciendo en ningún lugar del mundo. Lo que habría que hacer es una distribución de la riqueza, es lo que te decía antes, fundamentalmente no puede haber más gente con hambre. El hambre pasó a ser una causa de la derecha por culpa de la mala política del gobierno de Cristina. Cristina tiene que arreglar eso. Si no, Biolcatti se preocupa por el hambre.

–¿Podrá hacerlo después de la derrota electoral, de las presiones que recibe de los medios, de la derecha, del propio PJ?

Estos últimos meses de Cristina fueron brillantes. Luego de la derrota del 28 de junio tuvo una gran reacción. Es como el boxeador que cae y se levanta y embiste al otro y de pronto le pega 3 piñas que lo noquea. Ella no lo noqueó, pero le pegó 3 piñas. Ahora hay que ver qué pasa este año. Lo único que se puede esperar de la derecha son difamaciones, intentos golpistas, denuncias de corrupción, denuncias de autoritarismo, todo eso va a estar presente, cada vez van a tener más tierra, pronto van a ser dueños de todo el país. Bueno, el título del libro de uno de estos periodistas que me ataca es justamente El dueño, ¿no? Mañana va a publicar una columna, creyendo que polemiza conmigo. Pero que ninguno se crea que yo voy a responder, lo hago público. Son tipos que no tienen nivel para polemizar conmigo. Son unos aventureros.