Dice Freud: La emoción experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor de colegio me conmina a una primera confesión: no sé qué nos embargó más y qué fue más importante para nosotros: si la labor con las ciencias que nos exponían o la preocupación con las personalidades de nuestros profesores. En todo caso, con estos nos unía una corriente subterránea jamás interrumpida, y en muchos de nosotros el camino a la ciencia sólo pudo pasar por las personas de los profesores: muchos quedaron detenidos en este camino y a unos pocos -¿por qué no confesarlo?- se les cerró así para siempre. En Sobre la psicología del colegial (1981). Obras Completas, Ed.Biblioteca Nueva, Madrid.
http://weblogs.clarin.com/educacion/archives/2009/05/_suele_haber_una_cultura.html
El profesor de Etica les hablaba a los alumnos de sexto año:
-Para redondear el tema del aborto y de sus razones éticas , voy a narrarles una anécdota que leí o me contaron, no recuerdo, pero viene al caso.
Se acomodó los lentes y la corbata. Dos tics docentes tradicionales. Continuó:
-Un profesor dando su cátedra en la Universidad de Medicina, les dice a sus alumnos: quiero un diagnóstico rápido del siguiente caso: Madre prostituta, alcohólica, enferma de tuberculosis y de sífilis, en estado terminal; con seis meses de embarazo. ¿Qué aconsejarían, interrumpirlo o continuarlo?. Uno de los alumnos levantó la mano y contestó: Sin ninguna duda, ante tal cuadro clínico, síquico y físico, debe ser interrumpido el embarazo. El profesor, dirigiéndose a los otros, dijo: Feliciten a su compañero, acaba de matar a Beethoven.
Sotelo, Horacio (2005). Cavernas. Editorial Grafos XXI, Córdoba. Pp 63.
Escritor y colaborador de La Luciérnaga.
domingo, 4 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario