miércoles, 7 de abril de 2010
Los Pichiciegos
Todavía caían las bombas de los ingleses en las Malvinas cuando él agarró la máquina de escribir, henchido de rabia ante el invasor y un gobierno corrupto, y montó en tres días una de las grandes novelas en castellano de los últimos 30 años, Los pichiciegos, que ahora rescata con dignidad la editorial Periférica. Rodolfo Enrique Fogwill es Fogwill. Nació en Buenos Aires hace 69 años y la industria editorial española trató de colocarle en el lugar que se merece a finales de los noventa, pero fue un tiro errado. Puede que esta sea la definitiva. En estos días, junto a Los pichiciegos, llegan sus cuentos completos, compilados por Alfaguara, que lo colocan en la misma colección en la que figuran Fitzgerald, Cortázar, Nabokov, Onetti y Faulkner.
Lúcido, hostil e incontrolable, ese también es Fogwill y así es su literatura. "Escribir es muy fácil, cualquier tarado puede escribir un libro y hacerlo pasar por bueno durante los siguientes diez años", cuenta a este periódico minutos antes de dar la conferencia Narrar en la era de la imagen", en el CaixaForum de Madrid (hoy, en el de Barcelona). Ya sea en público, ya sea en privado, Fogwill cuida lo que dice, aunque parezca que no repare en sus consecuencias: "El lector necesita toda la verdad, pero no toda la verdad de los hechos, sino toda la verdad literaria; es decir, que el autor no le mienta. Yo le engaño, se lo digo y él lo sabe. No hay nada ahí que pueda ser creíble", cuenta sobre Los pichiciegos.
http://www.publico.es/culturas/301692/malvinas/cocaina
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