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Escritores Argentinos

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Este blog es un espacio cultural para compartir entre los estudiantes de Letras: fotos, videos, biografías, noticias, enlaces a páginas, poemas, cuentos, fragmentos de novelas, publicaciones de los propios estudiantes, comentarios, debates, encuestas y todo aquello que esté relacionado a la literatura argentina.
No es un espacio para difundir monografías y/ o trabajos de la facultad. Tampoco para difundir respuestas a consignas de trabajos prácticos y/o parciales.
Por último, no es un lugar donde se puedan resolver dudas concernientes a la elaboración de trabajos prácticos, monografías y/ o parciales. Para ello, pueden acudir a los horarios de consulta de la Cátedra.
Sí, publicaremos información sobre fechas de parciales y de trabajos prácticos en la medida que los tengamos.
Sí pretendemos, y les pedimos, que se expresen con total libertad (aunque en el marco del respeto) sobre los temas que les sugerimos y que propongan otros nuevos, que usen este espacio para difundir sus publicaciones (revistas, cuentos, novelas, organizaciones sociales a las que pertenezcan, etc).
Que sea un instrumento para revalorizar nuestra Escuela de Letras, la que construimos entre todos: profes, alumnos y egresados. Para oir nuestras propias voces (las que a veces quedan soterradas por el marco de la escasez del tiempo), para conocer nuestras ideologías (y si eso da lugar a la discusión, en hora buena), para acceder a la literatura desde "otros ángulos", fuera del espacio académico "evaluable", pero haciendo uso de todas las herramientas que ese espacio académico nos ofrece.
Esperamos que lo disfruten y lo consideren "su espacio".

Atte.

Ayudantes alumnos de la Cátedra Literatura Argentina II.

Literatura Argentina 2

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viernes, 30 de abril de 2010

Himno Anarquista

Esta versión del del himo argentino cantaban los anarquistas en su momento de mayor auge, según Suriano, entre los años 1890-1910.
Ver: Suriano, Juan (2008). Anarquistas: Cultura y Política libertarias en Buenos Aires 1890-1910, Buenos Aires, Manantial.


martes, 13 de abril de 2010

La Caricia Perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni

miércoles, 7 de abril de 2010

Los Pichiciegos



Todavía caían las bombas de los ingleses en las Malvinas cuando él agarró la máquina de escribir, henchido de rabia ante el invasor y un gobierno corrupto, y montó en tres días una de las grandes novelas en castellano de los últimos 30 años, Los pichiciegos, que ahora rescata con dignidad la editorial Periférica. Rodolfo Enrique Fogwill es Fogwill. Nació en Buenos Aires hace 69 años y la industria editorial española trató de colocarle en el lugar que se merece a finales de los noventa, pero fue un tiro errado. Puede que esta sea la definitiva. En estos días, junto a Los pichiciegos, llegan sus cuentos completos, compilados por Alfaguara, que lo colocan en la misma colección en la que figuran Fitzgerald, Cortázar, Nabokov, Onetti y Faulkner.

Lúcido, hostil e incontrolable, ese también es Fogwill y así es su literatura. "Escribir es muy fácil, cualquier tarado puede escribir un libro y hacerlo pasar por bueno durante los siguientes diez años", cuenta a este periódico minutos antes de dar la conferencia Narrar en la era de la imagen", en el CaixaForum de Madrid (hoy, en el de Barcelona). Ya sea en público, ya sea en privado, Fogwill cuida lo que dice, aunque parezca que no repare en sus consecuencias: "El lector necesita toda la verdad, pero no toda la verdad de los hechos, sino toda la verdad literaria; es decir, que el autor no le mienta. Yo le engaño, se lo digo y él lo sabe. No hay nada ahí que pueda ser creíble", cuenta sobre Los pichiciegos.
http://www.publico.es/culturas/301692/malvinas/cocaina

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domingo, 4 de abril de 2010

El profesor: La lección del profe por Horacio Sotelo

Dice Freud: La emoción experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor de colegio me conmina a una primera confesión: no sé qué nos embargó más y qué fue más importante para nosotros: si la labor con las ciencias que nos exponían o la preocupación con las personalidades de nuestros profesores. En todo caso, con estos nos unía una corriente subterránea jamás interrumpida, y en muchos de nosotros el camino a la ciencia sólo pudo pasar por las personas de los profesores: muchos quedaron detenidos en este camino y a unos pocos -¿por qué no confesarlo?- se les cerró así para siempre. En Sobre la psicología del colegial (1981). Obras Completas, Ed.Biblioteca Nueva, Madrid.
http://weblogs.clarin.com/educacion/archives/2009/05/_suele_haber_una_cultura.html

 El profesor de Etica les hablaba a los alumnos de sexto año:
-Para redondear el tema del aborto y de sus razones éticas , voy a narrarles una anécdota que leí o me contaron, no recuerdo, pero viene al caso.
Se acomodó los lentes y la corbata. Dos tics docentes tradicionales. Continuó:
-Un profesor dando su cátedra en la Universidad de Medicina, les dice a sus alumnos: quiero un diagnóstico rápido del siguiente caso: Madre prostituta, alcohólica, enferma de tuberculosis y de sífilis, en estado terminal; con seis meses de embarazo. ¿Qué aconsejarían, interrumpirlo o continuarlo?. Uno de los alumnos levantó la mano y contestó: Sin ninguna duda, ante tal cuadro clínico, síquico y físico, debe ser interrumpido el embarazo. El profesor, dirigiéndose a los otros, dijo: Feliciten a su compañero, acaba de matar a Beethoven.

Sotelo, Horacio (2005). Cavernas. Editorial Grafos XXI, Córdoba. Pp 63.
Escritor y colaborador de La Luciérnaga.

viernes, 2 de abril de 2010

El truco de la bailarina en la literatura



La bailarina se puede ver girar de izquierda a derecha (razonamiento lógico), de derecha a izquierda (razonamiento creativo) o en ambos sentidos.
El desafío es buscar ejemplos de relatos literarios que puedan ser leídos con más de un final posible.

jueves, 1 de abril de 2010

Frases de Jauretche

Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida de todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada (...) No habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir. Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota mercante o las usinas.
Asesorarse con los técnicos del Fondo Monetario Internacional es lo mismo que ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero.
En el territorio más rico de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo felíz.
No es posible quedarse a contemplar el ombligo de ayer y no ver el cordón umbilical que aparece a medida que todos los días nace una nueva Argentina a través de los jóvenes. No se lamenten los viejos de que los recién venidos ocupen los primeros puestos de la fila; porque siempre es así: se gana con los nuevos.
Hasta que un dia el paisano acabe con este infierno, y haciendo suyo el gobierno, con solo esta ley se rija: o es pa' todos la cobija, o es pa' todos el invierno.
Ese es el gran problema argentino: es el de la Inteligencia que no quiere entender que son las condiciones locales las que deben determinar el pensamiento político y económico.
(...) Pero se sigue adoctrinando sistemáticamente en la enseñanza de la historia para lo cual los réprobos son los que defendían la soberanía y los próceres los que la traicionaban para fines institucionales.
En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside él en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto a que se sirve.
Pero los propietarios de los bancos privados no son los depositantes, sino un grupo de financieros que controla el capital accionario, recoge los ahorros de los depositantes y lo dirige hacia los fines que interesan a ese grupo financiero.
Mientras los totalitarios reprimen toda información y toda manifestación de la conciencia popular, los cabecillas de la plutocracia impiden, por el manejo organizado de los medios de formación de las ideas, que los pueblos tengan conciencia de sus propios problemas y los resuelvan en función de sus verdaderos intereses.
El que maneja el crédito maneja más la moneda que el que la emite. El que maneja el crédito maneja más el comercio de exportación e importación que el que compra y el que vende. El que maneja el crédito estimula determinadas formas de producción y debilita otras; el que maneja el crédito establece qué es lo que se ha de producir y que es lo que no; determina lo que puede y lo que no puede llegar al mercado con facilidades de venta, y maneja por consecuencia el consumo.
(...) Se confundió civilización con cultura, como en la escuela se sigue confundiendo instrucción con educación. La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quién abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América, trasplantando el árbol y destruyendo al indígena que podía ser un obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa, y no según América.
Porque estos periódicos tan celosos de la censura oficial se autocensuran cuando se trata del avisador; el columnista no debe chocar con la administración. Las doctrinas, los hechos, los hombres, se discriminan en función del aviso; así hay tabúes tácitos y se sabe que no se debe mencionar, que camino no hay que aconsejar, que cosas son inconvenientes.
El ciudadano tiene la ilusión que elige y sólo se limita a escoger entra la reducida lista que los financieros han decretado apta para el consumo popular. El político y su partido lo saben y sabe por consecuencia que antes de someterse a la elección popular ha de tener el visto bueno de los financieros, y este visto bueno se obtiene a cambio de la entrega de los intereses populares. Cuando el día del comicio llega, el pueblo no elige sino dentro de la opción que los financieros le proporcionan.
Esto ocurre aquí y en cualquiera de las llamadas grandes democracias. Mientras en los países totalitarios el pueblo es un esclavo sin voz ni voto, en los "democráticos" es un paralítico con la ilusión de la libertad al que las pandillas financieras usurpan la voluntad hablando de sus mandatos.
Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías. La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana, y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Pero nos oculta la naturaleza de esa libertad, tan restrictiva como la del estado, aunque más hipócrita, porque le libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden.

Beatriz Sarlo: "Los problemas de la educación argentina no se solucionan con la tecnología, pero la formación de los maestros cambiaría con el acceso a internet"


"Suelo desconfiar de esos modelos, tipo aldea Potemkin o cuentos de hadas bienpensantes, esos relatos maravillosos en los que una aldea perdida en la selva se ha puesto a producir abanicos de plumas de ave fénix y los vende por internet, solucionando así un montón de problemas."
Por Cecilia Sagol
Educ.ar presenta una entrevista a Beatriz Sarlo. Docente, investigadora y ensayista, es una de las intelectuales más prestigiosas y populares de la Argentina, autora de una obra prolífica -ocho libros en los últimos años y habituales colaboraciones en revistas de todo tipo- y profunda sobre temas académicos y de interés general.
Sarlo domina varios campos: literatura, política, cine, cultura popular, entre muchos otros. Para esta entrevista se centra en tecnología y educación, ejes a los que vincula con otros procesos culturales y sobre los cuales ofrece una mirada diferente a la de los discursos habituales, que se centra más en las continuidades que en las rupturas.


—Internet tiene muchos detractores, pero algunos intelectuales reconocidos confían en que puede ser un genuino aporte a la democratización de la información ¿Le parece que la introducción de las nuevas tecnologías en la educación puede mejorar en alguna medida la circulación, la universalidad y la calidad del conocimiento?
—No participo de la creencia de que los problemas de la educación argentina se solucionan con más tecnología. Claramente, la cuestión social no mejoraría, y yo creo que la miseria y las carencias materiales de los alumnos son problemas que la escuela enfrenta pero no puede resolver ni hay que pedírselo, ya que cuando más se lo pidamos, cuando más se hunda a los maestros en el asistencialismo, tanto peor será la información y más débiles los contenidos que trasmitan a sus alumnos. Creo, en cambio, que la formación de maestros cambiaría enormemente con el acceso a más y más actualizadas tecnologías, en primer lugar a internet. No estoy segura de que internet sea un instrumento pedagógico en el aula, pero estoy convencida de que puede ser el instrumento de formación docente en un país donde la cultura del maestro se ha deteriorado hasta niveles increíbles, como lo muestran algunas estadísticas de consumo cultural. Estoy convencida también de que internet debe estar en la escuela como debería estar la biblioteca o la sala de mapas. Nadie decía antes que los maestros enseñaban “con la biblioteca” ni “en la biblioteca”. Los maestros enseñaban con lo que sabían y con lo que estaba en los libros. Hoy a esos libros se agrega internet, tanto para los chicos como para los maestros.


—Algunos autores ven en las nuevas tecnologías una gran potencialidad, al menos material, para una democracia más participativa, para dar a conocer organizaciones opositoras o marginales. ¿Es un paso en este sentido o ya se encargará el mundo de domesticar esta tecnología? ¿Es un aporte en esta línea o los cambios pasan por otro lado?
—Depende de los países y de las coyunturas políticas y sociales. Las ONG probablemente no podrían existir sin las nuevas tecnologías, pero los sujetos de los que se ocupan las ONG quizás no podrían cambiar su situación simplemente a través de su acceso a nuevas tecnologías. Necesitan condiciones materiales que hagan posible la asistencia técnica. A veces suelo desconfiar de esos modelos, tipo aldea Potemkin o cuentos de hadas bienpensantes, esos relatos maravillosos en los que una aldea perdida en la selva se ha puesto a producir abanicos de plumas de ave fénix y los vende por internet, solucionando así un montón de problemas.
En cuanto a la política: me parece claro que las redes clientelísticas que son una peste en la mayor parte de América Latina no se destruyen a golpes de mouse. Ahora bien, las dirigencias políticas alternativas es obvio que necesitan el acceso más amplio a todo tipo de materiales y ese acceso es posible por la existencia de internet. Y lo mismo sucede con su conexión organizativa y comunicacional.


—Si bien hay una amplia bibliografía al respecto, internet es difícil de definir: ¿es un medio?, ¿es un género? ¿Podría equiparar algunas características de internet con otros objetos sociales a los que se ha referido, como por ejemplo los centros de compras o el videoclip?
—Prefiero no hacer esas comparaciones, que me parece que no terminan de iluminar bien ninguno de sus dos términos. En una cultura que tiene como ideal, inaccesible para grandes mayorías, la libertad de mercado, es probable que muchos usuarios de internet se comporten en ella como si estuvieran en un espacio donde se eligen mercancías, se las examina, se las adopta o se las desecha. Pero, si queremos más precisión, al ser una parte muy relevante de internet todavía gratuita, la metáfora del mercado deja de ser útil bastante rápido. Cuando voy al mercado verdadero no compro cosas sin ton ni son, simplemente porque llevármelas a mi casa es fácil; el uso de internet, en cambio, todavía está regido por una idea de facilidad y de gratuidad (se paga el teléfono o una suma muy baja en los ciberlocutorios) y por lo tanto puedo traer de la red incluso cosas que sé, de antemano, que no van a servirme para nada. En cuanto a la comparación con el videoclip, supongo que proviene de la idea de sintaxis rápida. Bueno, salvo para los usuarios de fibra, con computadoras muy potentes, la sintaxis de internet es todavía “lenta”. Además, la gramática del videoclip es deliberada y precisa, mientras que nadie puede garantizar esa gramática sobre la base del linkeo o de la navegación en la página. En fin: los que piensan que internet tiene algo del videoclip, ¿vieron alguna vez un videoclip con atención?


—Entonces, prescindiendo de las comparaciones, ¿cuál sería el camino o el criterio para definir este medio/género/discurso nuevo?
—En internet se yuxtaponen, se intersectan o se suceden diferentes clases de discursos. Es bien evidente que las bibliotecas digitales poseen libros, que las revistas digitales publican artículos, los diarios cuelgan sus materiales impresos y otros especialmente preparados (que incluyen video y audio), que las páginas de las distribuidoras de cine, cuelgan trailers o fragmentos más extensos de films, que las productoras de música hacen más o menos lo mismo. También es evidente que se puede comprar casi cualquier cosa en las páginas del “mercado” digital. Además, quizás esto sería lo diferencial, en internet hay arte específicamente creado para aprovechar las potencialidades hipermediales; y también juegos y pasatiempos que trabajan con los mismos recursos técnicos. Algunas de las páginas de internet tienen la aspiración evidente de proponerse como “nuevo discurso”, es decir como un texto que utiliza sintaxis y gramáticas, tanto escritas como visuales y auditivas, que los textos anteriores a la web no exploraron o no pudieron explorar. No tengo inconveniente en que el arte digital se presente como “nuevo discurso”, aspirando en ese sentido a que se le reconozca su especificidad técnica y formal (como el cómic o el cine lo hicieron en su momento; o, un poco más tarde, el happening, la performance o las instalaciones). En cambio, tengo inconvenientes con la definición de internet como género, que me parece completamente inapropiada: ¿género de qué sistema de géneros?, ¿género de qué arte?, ¿género como la novela o la poesía épica o la pintura de retratos o el paisaje o la fotografía periodística? Para ser un género es preciso responder a una configuración, a un conjunto de cualidades que definen los textos del género y los separan de los que no pertenecen a él. En cambio, internet se caracteriza precisamente porque no separa nada, porque no dice de ningún discurso que no pertenece al medio. Esta palabra, “medio”, es la que adoptaría por ahora. De todos modos, no soy de los que piensa que una vez que se encuentra la palabra que define se solucionan los problemas.


— En una entrevista reciente realizada por educ.ar, Daniel Link decía que las ciberculturas tienen una relación mucho más armónica con la cultura letrada que con la cultura industrial. ¿Por qué le parece que la televisión nunca pudo ser una herramienta educativa? ¿Le parece que internet puede correr la misma suerte?
—Hasta hoy, mi acuerdo es con Link. Internet es mejor para los más cultos y peor para los menos cultos. No hay vuelta que darle. Y es así porque, hasta hoy, en internet hay más texto escrito que gráfica y sonido (y eso la diferencia de la televisión). No sé si este rasgo de internet se conservará o cambiará, depende de cuánto el mercado la invada no como lugar para vender sus cosas “reales” (autos, libros, medicamentos, equipos, ropa), sino sus cosas “virtuales”. Si el mercado la domina en este segundo grupo de objetos, internet podría volverse tan idiota como la televisión.


—El hipertexto, como formato de palabras e imágenes en internet implica el desarrollo de una nueva forma de leer. Hay diversos juicios sobre el grado de este quiebre. ¿Cuál es su opinión? ¿En qué aspectos se basa la diferencia?
— Quisiera pensar esa diferencia, pero sólo puedo decirle que alguien bien entrenado en la lectura no tiene dificultades ni sorpresas cuando, a través de una red de links, queda frente no sólo a textos sino a imágenes, sonidos, clips de video o lo que sea. Si un día prendo la computadora, y aparece un plato volador saliendo de la pantalla y aterrizando sobre mi escritorio, creo que tampoco me sorprendería mucho. Quiero decir que estamos dispuestos a que nada nos sorprenda demasiado ni por demasiado tiempo. Desde comienzos del siglo XX por lo menos, los públicos más populares están entrenados en la lectura de cómics, de películas subtituladas (en los países donde esa práctica es la habitual), de murales y decoraciones incorporadas a las arquitecturas, de mapas carreteros, de infografías, de ecografías, ven fetos por un monitor, etc., etc. El hipertexto más bien puede ser una agradable distracción, una distracción sin mayor sentido, o una necesidad del discurso o de la estética. Lo que me parece raro es que plantee dificultades a un público letrado. Sobre los usuarios no entrenados en la lectura habría que hacer alguna investigación para saber qué sucede, cuánto de intuitivo admite el recorrido en red y en sistema de un hipertexto.


—Todo medio plantea una relación entre las palabras y la realidad: ¿puede ser este un aspecto interesante para caracterizar a lo digital en general o a internet en particular?
—No me parece un desafío fascinante plantear la relación entre palabras y realidad desde este punto de vista. Todavía se sigue discutiendo en estética la relación entre realismo, representación, realidad, verosimilitud, etc., y todavía es la literatura la que suscita los debates estéticos más complejos; todavía la discusión iniciada por Auerbach o Bachtin sigue ocupando a gente interesante e inteligente. Y, en el caso del cine, basta leer los libros de Deleuze (que prolonga y discute a Bazin) para ver por dónde anda hoy la discusión. Por supuesto, se puede decir una montaña de lugares comunes sobre realidad y virtualidad.


—Entonces, ¿usted sugiere que continuemos pensando esa relación desde la literatura a partir de conceptos como mímesis o verosímil, o bien cree directamente que esa línea no es pertinente para pensar los textos digitales? En una pregunta anterior su movimiento fue también hacia la identificación entre la lectura de hipertextos con otros tipos de lectura. ¿Se inclina a pensar, entonces, que no hay nada fundamentalmente distinto o específico en lo digital? ¿O bien que no hay fractura o cambio con respecto a otras formas de producción y consumo simbólico?
—Lo que quiero decir es que la literatura, desde hace veinticinco siglos, fue el objeto sobre el cual los filósofos y los críticos eligieron construir el problema. Internet no posee una reflexión igualmente densa sobre sus productos. Personalmente, si me interrogo sobre las relaciones entre lengua y realidad, prefiero hipótesis más complejas que las que circulan en los papers o libros sobre comunicación. Es interesante pensar lo específico de lo digital, pero también hay que recordar que el videoarte existe desde hace más de dos décadas y, aunque reflexiones como las de Fargier son muy interesantes, todavía la estética de las imágenes móviles en el tiempo está marcada por teóricos como Deleuze, que se ocupa sólo del cine. Con esto quiero decir que no se trata simplemente de afirmar que hay que pensar una cosa para obtener como resultado una idea interesante.

—Las diferentes artes –literatura, música, pintura, etc.– han incorporado rápidamente las herramientas digitales como medio de producción. Incluso ha surgido un género artístico, “el arte digital”, y también en muchas obras hay una reflexión explícita sobre el proceso y el medio en el que se producen. ¿Cómo es su juicio como crítica cultural sobre producciones?
—He visto centenares de esas producciones. La pregunta supone que se puede tener un juicio general, como si se me interrogara sobre mi juicio en general sobre la pintura, la sinfonía, el soneto o las composiciones en la bemol.

—En su libro Tiempo pasado, señala que “las historias nacionales” que se difunden en las escuelas siguen un esquema simplificado del pasado y que esto ha sido modificado en algunos países por el quiebre de la legitimidad de las instituciones escolares y la incorporación de nuevas perspectivas y nuevos sujetos. ¿Es este el caso de la Argentina?
—En la Argentina, la versión de la historia que trasmite la escuela está debilitada por el profundo desinterés que la escuela produce en sus usuarios, los alumnos. La escuela ya no es un lugar de legitimidad simbólica, sino un lugar de pasaje (para que transcurra la adolescencia, para obtener un trabajo, para conseguir comida o seguridad). Por lo tanto lo que puede decirse allí sobre la historia está afectado por la falta de peso y de autoridad que toca a todos sus mensajes. La escuela compite en desventaja con los medios de comunicación. Pero no sólo en el caso de los alumnos, sino también en el de los maestros. Los medios son más importantes en la cultura de los maestros que las escuelas de formación docente, y ello habla del estado de la educación en la Argentina, donde un maestro probablemente le crea más a Felipe Pigna que a Halperin Donghi, simplemente porque su propia educación no le permite leer a Halperín y su contacto con los medios lo persuade de que las hipótesis conspirativas y maniqueas son más verdaderas que las explicaciones complicadas de la historia académica. Eso es lo que trato de decir en ese capítulo de Tiempo pasado. Y agrego también que la culpa de esto en parte puede atribuirse a la historia académica, que no ha sido capaz de elaborar un discurso de gran interés público. Pero el ámbito de mayor responsabilidad es el de los institutos de formación docente: si allí se enseña una historia maniquea, no veo de qué modo los maestros y profesores van a poder presentarles a sus alumnos una versión más precisa que la que ofrece la historia de divulgación mediática.
Fecha: Noviembre de 2005. Fuente:
http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/beatriz-sarlo-los-problemas-de.php

La premisa de Bayer

Afirmación. "El aumento de las villas miseria significa aumento de la violencia"

Osvaldo Bayer : "Hay que erradicar la pobreza y el hambre de los niños"

A los 83 años el escritor argentino Osvaldo Bayer afirma con elocuencia que "hay que intentar que se democratice más hacia adentro", agregando: "Se tienen que respetar las instituciones, pero también salir a la calle cuando las instituciones no atienden las necesidades de la gente".

Bayer. Se trata de profundizar la democracia.
Bayer. Se trata de profundizar la democracia.

La Nona de Roberto Cossa

La Nona / Obra de teatro de Roberto Cossa /dirección Claudia Echenique /protagonizada por Aldo Parodi, Jorge Yañes y Ana Maria Palma /
Música Original Pablo Villalabeitia/Capazorro